
Con las bolsas subiendo, la volatilidad cotiza en niveles anormalmente bajos a pesar de la incertidumbre política que se cierne sobre Europa en los próximos meses. A los precios
actuales los expertos consideran que comprar miedo es una forma de cubrir la cartera.
En febrero se cumplieron diez años del día en que la volatilidad en Estados Unidos saltó más de un 64 por ciento en una sola sesión, fue el año en que Alan Greenspan, fuera ya de la Reserva Federal, anunciaba que la economía estadounidense podía entrar en recesión. Hoy la fotografía es totalmente distinta: los bancos centrales son más optimistas con el devenir de la economía y la volatilidad se mueve en los niveles más bajos de las últimas dos décadas, sin grandes sobresaltos, a pesar incluso de la incertidumbre política. Pero los expertos avisan: la posibilidad de que se relaje aún más es baja y, a los precios actuales, puede suponer incluso una oportunidad para cubrir las carteras a bajo coste.
"La volatilidad de los mercados de bolsa permanece en niveles anormalmente bajos creando una doble sensación de seguridad y cierta complacencia y ensoñación en cuanto a que los mercados de acciones, o incluso algunos de deuda de mayor riesgo, van a seguir dando retornos importantes sin sufrir sobresaltos", apunta José María Luna, director de análisis de Profim Eafi. Sin embargo, continúa, a pesar de que la macro, los fundamentales y los resultados empresariales apoyan a las bolsas, "en cualquier momento dicha volatilidad puede repuntar", ya sea por China, porque Donald Trump defraude incumpliendo medidas ya anunciadas o por algún acontecimiento electoral previsto este año en Europa.
"Si nos fijamos en el número de oscilaciones semanales de los mercados superiores al 5 por ciento durante los últimos 45 años, lo primero que vemos es que los mercados sufren crisis de volatilidad cada vez con más frecuencia, sobre todo desde los primeros años de la década de los 2000", señala Juan Sebastián Caicedo, gestor de fondos de MinVariance de Seeyond (afiliada a Natixis Global AM). Sin embargo, a día de hoy, lo cierto es que "la volatilidad se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 21 años y su margen de caída es incluso menor que el de muchas bolsas", opina Víctor Alvargonzález, estratega de inversión.
Si la expectativa es que tarde o temprano la volatilidad repunte, la pregunta obligada es si compensa en estos momentos destinar una parte de la cartera a comprar este tipo de activo. En opinión de este último experto, en caso de un inversor de perfil medio dedicaría un 5 por ciento ahora que está baja a modo de "amortiguador" para cuando el miedo regrese, de modo que "equilibre el movimiento bajista de otros activos".
Ahora bien, existen varias formas de comprar volatilidad: ya sea de forma directa, a través de opciones o bien mediante fondos de inversión y ETFs. La primera, dicen los expertos, solo es apta para los perfiles más agresivos dispuestos a hacer trading. "La volatilidad es un activo muy volátil, de riesgo elevado, que puede generar abultadas pérdidas", recuerda Celso Otero, gestor de fondos de inversión de Renta 4 Gestión, "por lo que no animaría a comprar volatilidad directamente en mercado".
Lo más recomendable, explican, es acceder a ésta a través de los fondos de inversión. "No aconsejaría hacerlo a través de un ETF porque es el intocable del mercado al tener el estigma de la fiscalidad", señala Alvargonzález. Dentro de los fondos se pueden encontrar productos que invierten exclusivamente en volatilidad, como los que comercializan en nuestro país Amundi o Natixis (ver gráfico). Lo importante, en opinión de este experto, es "preguntar a la entidad financiera cuáles están largos en volatilidad".
También existe otra posibilidad: "Fondos que, teniendo cierta vocación de retorno absoluto, compren volatilidad implícita de índices de bolsa, bien europea o a nivel mundial. Amundi tiene varios fondos de este estilo, como Amundi FDS Absolute Vol Euro EQS AE- C o Amundi FDS Absolute Vol World EQS AHE-C", concluye Luna.