
Snap, la matriz de Snapchat, ha superado las expectativas en su debut bursatil. La compañía que había fijado el precio de la acción en 17 dólares por título, ha comenzado a cotizar en el mercado por encima de los 24 dólares, que supone subir más del 40%, alcanzando una valoración de 33.000 millones de dólares.
La compañía había fijado un precio de salida para su acción en 17 dólares, un dólar por encima del rango previsto, que oscilaba previamente entre los 14 y 16 dólares, por la fuerte demanda que estaban recibiendo los bancos colocadores.
Antes de que Evan Spiegel y Robert Murphy, fundador de la compañía, tocara la campana la compañía tenía una valoración de 23.600 millones; después de varios minutos hasta que se ajustara la oferta y la demanda la empresa ha alcanzado una valoración de 33.000 millones, tres veces más que Twitter, al dispararse su títulos más del 40% por encima de los 24 dólares.
Las acciones en estos momentos alcanzan los 25 dólares con un alza del 47% y con volumen de negociación de 77 millones de acciones.
Snap ha otorgado a las entidades colocadoras de la salida a Bolsa la opción de vender otros 30 millones de acciones ordinarias de clase A. Morgan Stanley, Goldman Sachs, JP Morgan, Deutsche Bank Securities, Barclays, Credit Suisse y Allen & Company son las entidades que han actuado como gestores de la colocación de acciones de Snap.
La salida a Bolsa de la matriz de Snapchat toma el testigo de las protagonizadas por otras redes sociales como Twitter, cuyas acciones subieron un 73,46% al cierre del 11 de julio de 2013, fecha de su debut en Wall Street, respecto a los 26 dólares del precio de su OPV, mientras que actualmente su cotización acumula una caída del 40% respecto a este precio.
Comparaciones con Facebook o Twitter
Por su parte, Facebook, que inicio su andadura bursátil el 18 de mayo de 2012 con un modesto repunte del 0,6% al cierre sobre los 38 dólares del precio de salida fijado en su OPV, actualmente acumula una revalorización del 261%.
Snap registró pérdidas de 514,64 millones de dólares (481 millones de euros) en 2016, un 38% más que un año antes, mientras su cifra de negocio alcanzó un total de 404,48 millones de dólares (378 millones de euros), casi siete veces más que en 2015 (+589%), aunque los costes y gastos de la empresa se duplicaron, hasta 924,86 millones de dólares (864 millones de euros).
"Hemos incurrido en pérdidas de explotación en el pasado, esperamos incurrir en pérdidas en el futuro y puede que nunca logremos ser rentables", advertían los cofundadores de la empresa, Evan Spiegel y Robert Murphy, en el folleto que registró a principios de febrero la empresa en la Comisión de Valores de EEUU de cara a su salida a Bolsa.
Dudas y nerviosismo
Los días previos pese a que las informaciones de Wall Street indican que los inversores estaban por la labor de respaldar el salto bursátil de la compañía, había temores de que Snap se convirtiera en un nuevo Facebook. La salida de la red social fue un despropósito técnico y financiero. El primer día hubo retrasos y los siguientes perdió los 38 dólares de salida. Tres meses después las acciones de la compañía de Mark Zuckerberg llegaron a valer 17 dólares.
"Si algo hemos aprendido de las salidas a bolsa de Facebook, Twitter o Alibaba es que el mercado no tiene ni idea de cómo fijar el precio de estas empresas adecuadamente", señala Clement Thibault, analista de Investing.
La mayoría de analistas han subrayado durante estos días que la valoración es exagerada. Hoy, sin ir más lejos, vale prácticamente lo mismo que Ebay. A las dudas de que en un futuro cercano el modelo de Snapchat sea rentable, se une a que las pérdidas operativas superaron los ingresos, con la que la convierten en una máquina de quemar dinero.
"La elevada valoración de Snap se basa en las expectativas de su futuro poder adquisitivo. La compañía es joven y todavía pierde cientos de millones de dólares. ¿Cuándo será rentable? Eso es una incógnita. Tiene que seguir innovando, así como añadiendo más usuarios a sus plataformas. Esto supone un elevado gasto en I+D en el futuro previsible.", explica Thibault.
Otros expertos ponen el acento en que las acciones que han salido al mercado no tienen apenas derecho políticos en la compañía, algo que debería espantar a los inversores que buscan posiciones a largo plazo. Allison Bennington, socia de ValueAct Capital Management, explica que desincentiva a los accionistas con vocación de permanencia. Las acciones Clase A, las que se ofertan en la salida a Bolsa, no cuentan con derechos de voto, las acciones Clase B, que pertenecen a los inversores de Snapchat, disponen de uno, y las acciones Clase C, reservadas a Murphy y Spiegel, acumulan diez derechos de voto cada una.