El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, ha mantenido el primer acercamiento con el Fondo Monetario Internacional, institución de la que el país es el principal donante. Durante su conversación telefónica con Christine Lagarde, directora gerente de la organización, el alto funcionario de la administración Trump quiso agradecer "el papel fundamental que el FMI juega en promocionar el crecimiento mundial y la estabilidad además de la prevención y respuesta a las crisis económicas".
Un tono conciliador en el que Mnuchin destacó el objetivo fundamental de la administración Trump en impulsar la actividad económica así como la generación de empleo en EEUU. En este sentido, el secretario del Tesoro aseguró que espera recomendaciones "robustas" en materia de política económica por parte de la institución tanto para EEUU como para el resto de miembros de la institución así como abordar asuntos relativos a los desequilibrios mundiales.
Según informan desde el Departamento del Tesoro, Mnuchin también subrayó su expectativa de que el FMI ofrezca un análisis "franco y sincero" sobre las políticas cambiarias de sus países miembros. Una velada advertencia en un momento en que el propio Trump ha asegurado insistentemente en que dólar estadounidense está demasiado caro atacando a otros países como China de manipular sus divisas con fines competitivos.
De hecho, uno de los objetivos incluidos en su plan para los primeros 100 días de gobierno era calificar a Pekín como un manipulador de su divisa, una decisión que, de momento, no se ha materializado. Desde el Fondo, considerabana hace un par de semanas que es "prematuro" hablar del comienzo de una guerra de divisas, pese a las críticas del presidente estadounidense sobre las políticas de Japón, China y Alemania. Además, la institución ha defendido que en estos momentos el valor del yuan es apropiado.
La relación entre el Fondo Monetario Internacional y su principal donante no está exenta de tensiones. El dominio republicano en la Cámara de Representantes ya forzó a la directora gerente de la institución, Christine Lagarde, a pedir encarecidamente que Estados Unidos diera su visto bueno a la reforma de cuotas propuesta en 2010 que ofrece un mayor peso a las economías emergentes. La anécdota del asunto tuvo su nota jocosa en octubre 2014, cuando la ex ministra gala de finanzas se ofreció a bailar la danza del vientre para que los legisladores aprobasen esta iniciativa, que no llegó a recibir el beneplácito del Capitolio hasta finales de 2015.
Washington cuenta con el mayor peso entre los 189 miembros que forman parte del FMI, una institución cuyo origen se remonta al 27 de diciembre de 1945 en Bretton Woods, Nuevo Hampshire. Con un peso del 17,47%, el equivalente a 82.994 millones de Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés), la divisa virtual con la que opera la institución y lo que supone aproximadamente unos 116.000 millones de dólares, EEUU cuenta con una decisión total de voto del 16,5%.
Mnuchin habla también con su homólogo mexicano
El secretario del Tesoro de EEUU también mantuvo el martes conversaciones con el secretario de Finanzas de México, José Antonio Meade. En dicha llamada, Mnuchin destacó "la importancia económica de la relación bilateral" entre ambos países y transmitió su intención de trabajar de cerca con su homólogo mexicano como parte del diálogo que Trump y el presidente de Mexico, Enrique Peña Nieto anunciaron hace semanas para debatir buena parte de los aspectos que conciernen a ambos países.
Precisamente, el miércoles y el jueves, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly y el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, viajarán a México, para hablar de temas como el resguardo de las fronteras con el vecino país. Ambos secretarios se reunirán con el presidente mexicano y otros altos funcionarios de ese país.