
Los almacenes estadounidenses acumulan 518,1 millones de barriles, un nivel que nunca antes habían alcanzado desde el año 1982. Durante la semana pasada se añadieron 9,53 millones de barriles, más del doble de los 3,5 millones que esperaban los expertos.
Los inventarios de gasolina también marcaron altos históricos, después de añadir más de 2,8 millones de barriles del combustible. Este fuerte aumento, según explican desde Bloomberg, responde a la temporada de mantenimiento de las refinerías del país.
El aumento inesperado en los almacenes de crudo del país pudo tener que ver con las caídas que experimentó el precio del petróleo durante la sesión, aunque los movimientos que está viviendo el precio del recurso energético durante los últimos meses no están siendo demasiado fuertes: el Brent llegó a caer el miércoles un 0,73% en el mercado, hasta los 55,56 dólares, mientras que el West Texas perdió hasta un 0,88%, tocando los 52,7 dólares durante la jornada.