
Aunque a ritmo muy lento, los expertos creen que sus rentabilidades no caerán más y que podrían empezar a repuntar, en el caso de la oferta de los bancos más pequeños con mayores necesidades de financiación que los grandes, en el tercer trimestre de 2017. Más información en Inversión a Fondo.
La rentabilidad de un depósito nunca había sido tan baja: retener el ahorro en uno deja un 0,12% al cabo de un año. En ningún país de Europa se paga tan poco, aunque, para ser justos, Irlanda se encuentra en línea con España -allí rentan una décima más-. Y, aún así, el papel que estos tienen en la estructura del ahorro financiero de las familias españolas es notable.
Según los últimos datos publicados por Inverco, representan un 15,3% frente al 26% que llegaron a suponer en 2008, cuando sus rendimientos alcanzaban de media el 4,18%. Ya nadie concibe que esos intereses vuelvan, pero la pregunta que está en el aire es si el cambio de rumbo en la política del Banco Central Europeo (BCE) puede provocar un ligero repunte de sus rentabilidades este año.
Y la respuesta, aunque existe diversidad de opiniones, es que el recorte de sus rendimientos podría haber tocado suelo. "En principio, la probabilidad de que las rentabilidades caigan más es reducida por dos razones: una, porque ya están próximas a cero; y dos, porque el BCE ha parado su política de tipos bajos y va a empezar a subirlos", explica Miguel Ángel Bernal, coordinador del departamento de investigación del IEB. "Hay que esperar al IPC de febrero, pero me da la impresión de que el de algunos países podría sorprender, como es el caso del de Alemania, y eso presionaría al BCE", continúa.
Por lo pronto, algunas firmas como S&P o Carmignac estiman que la institución que capitanea Mario Draghi empezará a retirar sus estímulos este mismo año. El alza de tipos vendría después, a medida que repunten los precios. "Los tipos a largo empiezan a mostrar algún síntoma de presión al alza. Esta realidad puede despertar mayor apetito en los bancos por prestar dinero a largo plazo y justificar tomar depósitos a tipo positivo", apunta Alfonso Manso, responsable de gestión de activos de Aegon. "Sí entendemos, por tanto, que los tipos de depósito marcan niveles mínimos y empezarán a subir este año, aunque el ritmo de subida será muy lento todavía".
Que repunten, no obstante, no significa que volvamos a ver los intereses del pasado, cuando los bancos pagaban hasta un 5% por el pasivo ante las dificultades que encontraban para financiarse en los mercados en plena crisis de deuda periférica.
Grandes bancos
La opinión de Manso coincide con la de Bernal, que también estima que podríamos llegar a ver subidas este mismo año, al menos entre los jugadores más pequeños. "Dentro de un año podemos ver ofertas superiores en los depósitos de los grandes bancos e incluso, en el caso de los más pequeños, me atrevería a decir que podríamos ver algún alza en el tercer trimestre de este año, en septiembre", explica.
Por ahora -y a pesar de la devoción que aún existe por este activo, donde se guardan más de 304.007 millones de euros en depósitos a plazos propiamente dichos-, lo cierto es que, aunque de forma muy lenta, se puede observar que los hogares españoles cada vez se separan más de él después de que su rentabilidad haya caído 28 puntos básicos en el último año.
Según describe el último informe de Inverco sobre la distribución del ahorro, "las familias están incrementando su posición en cuentas disponibles en vez de renovar los depósitos a plazo a su vencimiento". Tendencia que, por otra parte, podría incrementarse más si, por el contrario, se cumplen los pronósticos menos optimistas.
A pesar de que se empieza a atisbar un cambio en la política monetaria del BCE, también es cierto que a día de hoy "los bancos no necesitan el dinero, existe un exceso de liquidez muy grande y no necesitan del rendimiento de un cliente para captar fondos", opina Jorge González, especialista de Tressis.
Los bajos tipos de interés que se exigen en el mercado secundario, el lugar en el que cotiza la deuda una vez que es emitida, provocó que, en 2016, por ejemplo, la banca española colocase un volumen prácticamente similar al emitido por el sector público -donde se incluye al Reino de España, que suele ejecutar operaciones de gran volumen-, según datos de Société Générale. Y 2017 también ha empezado fuerte: los bancos llevan la voz cantante en el mercado de deuda corporativo al levantar 6.100 millones de euros, según Bloomberg, lo que significa un 33% de todo lo emitido este año -solo el Estado ha captado más-.