
Como suele ser habitual cada año por estas fechas, los analistas realizan las previsiones de inversión para los próximos doce meses. Al margen de su utilidad y su fiabilidad (en mi opinión escasas), dichas previsiones pueden servir como referencia para establecer estrategias de inversión en 2017. Más allá del horizonte temporal de un año, existen también otras tendencias sobre las cuales construir carteras de inversión a largo plazo, como los cinco ejemplos que a continuación describo.
Consumo en China
A pesar de los malos augurios que desde hace tiempo planean sobre la economía china, el consumo interno en el gigante asiático mantiene todavía un gran potencial de desarrollo. Tras años de fuerte crecimiento basado principalmente en exportaciones, ahorro e inversión, se prevé que el peso del gasto en el Producto Interior Bruto aumente progresivamente. Según estimaciones de McKinsey, en 2022 en China habrá más de 550 millones de personas consideradas de clase media con capacidad para comprar regularmente productos y servicios considerados no de primera necesidad. Teniendo en cuenta las dificultades que la mayoría de empresas extranjeras ha encontrado hasta el momento para hacerse un hueco en el mercado chino, el escenario parece propicio para compañías locales líderes en sectores como electrónica, automóviles, ocio, etc. Aunque se puede invertir en nombres concretos, tratándose de China la mejor opción es invertir a través de fondos o ETF como el iShares CSI Consumer Discretionary ETF.
Infraestructuras en Estados Unidos
Uno de los principales puntos del programa económico del ya presidente Trump es el gasto en infraestructuras, una política que parecen compartir tanto republicanos como demócratas. Las estimaciones de inversión realizadas durante la campaña (entre 800.000 millones y 1 billón de dólares) parecen poco realistas teniendo en cuenta el elevado endeudamiento público del Gobierno americano. Pero la privatización es una alternativa viable y curiosamente menos explotada que en Europa. Teniendo en cuenta los bajos tipos de interés y la necesidad de los inversores institucionales de encontrar rentabilidades a las que ofrece actualmente el mercado de renta fija, es previsible que la financiación no sea un problema (de hecho en los últimos años se han levantado fondos para invertir en proyectos de infraestructuras por importe superior a los 100.000 millones de dólares). Un plan de tal magnitud beneficiaría a empresas constructoras y de ingeniería como Ingersoll-Rand, Emerson Electric o Aecom.
Fintech
Sin duda es uno de los términos más de moda en el mundo financiero. El fintech engloba todas aquellas actividades que combinan servicios financieros y tecnología. Aunque el sector tiene ya unos años de vida (por ejemplo Paypal debutó en el mercado en 2002), las barreras regulatorias y la competencia de los bancos ha provocado que el desarrollo haya sido más lento que en otros sectores.
Aunque la mayoría de empresas son todavía start-ups, hay ya algunas que cotizan, principalmente en Estados Unidos (Square, Zillow, Lending Club,...). Un producto de inversión muy interesante para este sector son los ETF, como el PureFunds Solactive Fintech, que incluye empresas no sólo de servicios financieros sino de sectores afines como IT (tecnología de la información), software y procesamiento de datos, y que suelen ser proveedores de las grandes instituciones financieras.
Educación
Otro de los sectores en plena transformación debido al desarrollo tecnológico es la educación. Es evidente que tanto los contenidos didácticos, como la forma en que se imparten, han cambiado durante los últimos años, y es previsible que esta tendencia continúe. La formación online ha provocado que el sector deje de ser local para convertirse en global, lo que favorece a las instituciones y empresas que sean capaces de desarrollar los mejores programas, con independencia de dónde estén localizados. Como en el sector financiero, los ganadores pueden ser no sólo universidades y centros privados, sino también proveedores de contenidos y servicios. Algunos ejemplos son Apollo Education, Cambium Learning y Relx.
Automatización y robótica
La robótica está cada vez más presente en sectores fuera del entorno industrial. Las profecías de un mundo dominado por robots son todavía una utopía, pero el rol que tienen en tareas hasta ahora realizadas únicamente por humanos es ya una realidad (intervenciones quirúrgicas, operaciones militares, servicio al cliente, etc.).
Según algunos expertos, el sector podría alcanzar unos ingresos de más de 100.000 millones de dólares en 2020, con tasas anuales de crecimiento cercanas al 10 por ciento. Aunque el pastel da para repartir entre muchos, es previsible que los principales beneficiados del boom de la robótica sean compañías industriales consolidadas como Hitachi, Honeywell y Tecan.