
El final del pasado ejercicio y el comienzo de 2017 han estado marcados por la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas. De momento, el mercado se ha fijado más en los puntos positivos del programa del magnate norteamericano -recorte en los impuestos a las empresas, el programa de infraestructuras o la amnistía fiscal para que las compañías traigan de vuelta al país sus reservas en el extranjero-, y dejando de lado la amenaza de un mayor proteccionismo.
Sin embargo, Manuel Gutiérrez-Mellado, miembro del equipo de ventas de BlackRock Iberia, cree que el entorno positivo puede continuar. "Me costaría ver que Trump decepcione a los mercados a las primeras de cambio", señala el experto, si bien reconoce que "puede haber volatilidad a corto plazo".
Aún así, Gutiérrez-Mellado resalta que la "tendencia de medio plazo es que haya una política fiscal más agresiva". Desde la gestora indican que algunas de las medidas -como las que tienen que ver con los impuestos- serán más rápidas de aplicar, mientras que otras como el programa de infraestructuras requerirán más tiempo.
Un entorno reflacionista
Uno de los cambios que esperan desde BlackRock para la economía es un escenario de reflación, que implica un mayor crecimiento y más inflación, una circunstancia que será más débil en Europa, pero de la que las compañías de la región también se van a ver beneficiadas por ser globales. "El año 2017 va a suponer un punto de inflexión y creemos que va a empezar a haber cambios", explica Gutiérrez-Mellado.
En este nuevo escenario, según la gestora norteamericana, habrá una clara dispersión de los retornos, con ganadores y perdedores claros, si bien advierten de que "seguirá habiendo retornos bajos". En este contexto, consideran que la dinámica alcista en el mercado de bonos (que ha durado 35 años) ha acabado salvo que haya un shock importante en el mercado.