
La negociación vía acciones ha dejado de ser la opción más importante a la hora de entrar en el mercado de renta variable en favor de los fondos cotizados. Durante 2016 tan sólo tres de los quince activos más intercambiados en el mercado estadounidense fueron títulos de compañías con nombre propio. El resto fue a parar a los ETF.
El mercado de fondos cotizados creció en 400.000 millones de dólares el año pasado y el sector alcanza un volumen total de 3,8 billones de dólares. Esta velocidad de crucero ha hecho que el dinero invertido en estos fondos gestión pasiva (se dedican a replicar a un sector o a un índice concreto) sea un 40% superior comparado con la inversión destinada a acciones de compañías que cotizan en Wall Street.
¿Cuáles son los motivos? Los inversores están poniendo en valor dos características fundamentales de los fondos cotizados: son productos mucho más líquidos que muchas de las acciones del mercado y permiten tener exposición a todo un selectivo o todo un sector que pueda estar particularmente alcista, como es el caso de los bancos americanos desde la elección de Donald Trump el pasado mes de noviembre. Lo hacen, además, con un precio mucho más ventajoso para el inversor si se compara con lo que sería la suma de las acciones de varias compañías.
"Lo que vemos es que se está produciendo un incremento del uso de ETF que está reemplazando a las acciones individuales de compañías", asegura Todd Rosenbluth, director de fondos de CFRA en declaraciones a Bloomberg. El experto recalca que este proceso, que se inició en 2016, continuará este ejercicio.
El volumen negociado por los ETF se incrementó un 50% a lo largo de los dos últimos, frente a un crecimiento del 7% en el caso de las acciones de compañías. Pero, sin duda, los fondos cotizados que replican a subíndices de materias primas fueron los que recibieron una mayor entrada de dinero, que ascendió un 170% desde 2014.
Los más negociados
Bank of America fue la acción que más volumen movió en 2016, hasta los 108 millones de acciones diarias (ver gráfico inferior). La entidad bancaria se situó a la cabeza del ránking comparada con el resto de firmas, pero también respecto a los fondos cotizados, que colocan al SPDR S&P 500 ETF de BlackRock como el segundo activo más negociado del año. En el top 15 de los nombres con mayor volumen movido en bolsa, sólo otras dos más son acciones de compañía: Chesapeake Energy Corporation y Sirius XM Holdings.
En un año alcista para las financieras estadounidenses después de conocer la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el ETF que replica de manera conjunta a la cotización de firmas como Morgan Stanley, JP Morgan o Wells Fargo, entre otros, se situó el año pasado entre los cinco más negociados, según la casa de análisis suiza.