
La banca española no ha perdido el tiempo en los primeros días del año. Las tres grandes entidades, Santander, CaixaBank y BBVA, han buscado financiación en el mercado de capitales, captando un total de 3.500 millones de euros a través de diferentes emisiones de deuda. La ventana de liquidez se abre más pronto este año, ya que en los tres últimos ejercicios las primeras colocaciones, no solo de bancos sino de cotizadas españolas en general, no llegaron hasta después del Día de Reyes.
No se veían colocaciones tan tempranas desde 2013, cuando BBVA estrenó el año un 3 de enero, al que luego siguieron Telefónica y Popular, el día 8. Precisamente BBVA ha sido el último banco en sumarse este año a las operaciones que cerraron Santander el pasado miércoles y CaixaBank, el martes. Los tres optaron por tres tipos distintos de deuda.
La entidad presidida por Francisco González estrenó ayer las emisiones de bonos senior, con títulos a 5 años con los que ingresó 1.000 millones de euros, mientras que Santander prefirió aprovechar los bajos tipos para fortalecer su capital con deuda subordinada y CaixaBank, por su parte, se decantó por vender cédulas hipotecarias.
De momento, los bancos están logrando exprimir aún más los bajos costes de financiación que todavía permite el mercado. Ayer BBVA los abarató respecto a una emisión similar de enero de 2016, en la que también colocó bonos senior a 5 años. La entidad regresó al mercado este año con un cupón del 0,625%, al pagar 55 puntos básicos sobre el tipo de interés de referencia (midswap), mientras que hace un año el cupón fue del 1% y el diferencial alcanzó los 85 puntos básicos. Esta deuda lanzada el año pasado cotiza ahora en el mercado secundario a una rentabilidad del 0,4%.
También el Santander consiguió abaratar sensiblemente sus costes en la emisión de deuda subordinada del pasado miércoles -que computa en los fondos propios como Tier 2, recursos propios de segunda categoría-. Desembolsará un cupón del 3,125%, frente al 3,25% que fijó en una operación de características parecidas hace solo 10 meses.
Todo pese a que la renta fija está recogiendo con subidas de los rendimientos los datos de mayor inflación en Europa publicados en los últimos días. La rentabilidad del bono español a 10 años ha escalado hasta el 1,48%, desde el 1,38% en la que arrancó el año. No obstante, se mantiene por debajo del nivel en el que inició 2016, de ahí que los emisores estén encontrando financiación más barata que hace un año.
En el resto de Europa, otros grandes bancos también han aprovechado los primeros días de 2017 para emitir deuda. Es el caso de BNP Paribas, Commerzbank, Intesa Sanpaolo o Unicredit.
A la espera de corporativas
Más allá de la banca, ninguna cotizada española se ha atrevido todavía a emitir deuda este año. A estas alturas de 2016, tampoco se había cerrado ninguna colocación de bonos corporativos, aunque se trató de un año excepcional. La ventana de liquidez estuvo cerrada hasta abril, cuando llegaron las primeras emisiones, lideradas por Telefónica, tras varios meses en los que el miedo a una recesión que desató China a principios de año no dio tregua. En 2015, sin embargo, las primeras colocaciones de compañías españolas surgieron en la segunda semana de enero, con las de Gas Natural e Iberdrola los días 13 y 14.
Uno de los alicientes que se mantiene este año para las compañías a la hora de salir a mercado es que el Banco Central Europeo (BCE) continuará comprando deuda corporativa con grado de inversión, pese a reducir el ritmo. Este motivo fue el que animó las colocaciones el pasado abril, cuando se inició el programa, y el que provocó que el volumen de deuda emitida por las empresas repuntase en 2016 un 51%. Según datos de Bloomberg, las compañías españolas (sin incluir al sector financiero) colocaron 24.460 millones de euros, frente a los 16.110 millones de 2015.