
Ha pasado un mes y medio desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y, con él, del acelerón de las ventas en renta fija, ante las expectativas de una mayor inflación. En este plazo, los inversores han perdido en torno a un 6% con el bono a diez años americano, el T-Note, cuya rentabilidad ha pasado del 1,85 al 2,5%; un 1% con el español (que ha pasado del 1,25 al 1,37%) y un 0,3% con el alemán (del 0,18 al 0,22%).
Así, no es de extrañar que el escaso apetito del mercado por este activo se haya visto reflejado, también, en los fondos de inversión: según los datos de Morningstar, los productos que invierten en bonos han sufrido reembolsos netos por valor de 400 millones de euros desde el pasado 9 de noviembre y siete de cada diez están en negativo.
Entre los 20 mayores fondos de renta fija domiciliados en España -entre todos aglutinan más de 27.000 millones de euros en activos- la fotografía es, además, bastante negativa, ya que apenas cuatro de ellos se mantienen planos mientras el resto asume pérdidas, en el peor de los casos de hasta el 0,8%. Se trata de BBVA Bonos Corporativos Duración Cubierta, que toma como referencia el índice BofA Merrill Lynch Euro Treasury Bill. La diferencia con el peor de la categoría es mínima y también es de la misma gestora: BBVA Bonos Corporativos Largo Plazo, que cae un 1%.
No obstante, no es esta la tónica general, ya que hay algunos agraciados que desde la victoria del republicano se mantienen en positivo, con el mercado en contra. Dos de ellos obtienen rentabilidades superiores al 1%: CS Renta Fija 0-5 y UBS Corto Plazo Euro. Los dos coinciden en algo: sus mayores pesos son deuda de bancos (el primero, de Ibercaja y CaixaBank; y el segundo, de Popular y Bankia).