
El fuerte castigo en bolsa que ha sufrido Red Eléctrica en los últimos meses ha reavivado el optimismo de los analistas sobre el futuro de la compañía. Su recomendación, que continúa siendo un mantener, no se había encontrado tan cerca de convertirse en 'compra' desde el mes de abril del año 2012. Esta mejora en la recomendación ha permitido a Red Eléctrica escalar 12 posiciones en La Liga Ibex de elEconomista, que recoge las recomendaciones combinadas de FactSet y Bloomberg, desde que esta se comenzase a publicar a mediados del mes de agosto. Así, ha pasado de ostentar la vigésimo octava posición a situarse decimosexta.
La caída del 11,7% que experimentan los títulos de la compañía en lo que va de año ha permitido aflorar un potencial de revalorización del 16,2%, hasta alcanzar su precio objetivo de 19,86 euros por acción. Una cifra que se queda corta para casas de análisis como Société Générale. Desde la entidad francesa estiman que el precio justo de los títulos de la compañía se situaría incluso más arriba: en los 20,45 euros la acción, lo que elevaría su potencial alcista hasta el 19,6%.
Además, incluso con la nueva valoración de Goldman Sachs de 19 euros por acción, un 17% inferior a los 23 euros estimados anteriormente, su recorrido alcista seguiría siendo de doble dígito: del 11,8%.
La mayor parte de los riesgos a los que se enfrenta la compañía vienen por el lado político, al tratarse de un segmento de negocio controlado por las regulaciones gubernamentales. Desde JP Morgan advertían ?que la presencia de Podemos en el Gobierno supone un gran riesgo, tanto para la economía española como para la regulación del sector?. Sin embargo, desde la sesión previa a las elecciones del 26-J, en la que se disiparon las opciones de gobierno de la formación morada, las acciones de la compañía se dejan un 6,7%, a pesar de que la cifra parte de una base muy baja por el impacto del sí al Brexit en Reino Unido el día anterior, el 23 de junio. Pero, una vez disipada la incertidumbre política en España, país en el que obtuvo el 97,9% de sus ingresos en 2015 (el 2,1% restante procedió de Bolivia), el golpe a la compañía ha venido por otro frente: el impacto Trump.
Las mayores previsiones de inflación por los planes de estímulo fiscal que defiende el republicano han provocado una huida de los inversores de la renta fija, lo que se ha materializado en un fuerte repunte de la rentabilidad. En el caso del bono español a 10 años, desde sus máximos de septiembre genera pérdidas del 5,1%, lo que ha disparado su rentabilidad desde el 0,88% hasta el 1,510% (cuando el precio de este activo cae, su rentabilidad aumenta). Este factor supone un foco de inestabilidad para la compañía, que carga con una elevada deuda neta, que asciende a 5.751 millones de euros y que multiplica por 3,9 veces su beneficio bruto, según datos de Bloomberg. En este caso, un repunte en la rentabilidad exigida por los acreedores podría materializarse en un aumento de sus gastos financieros, erosionando así su cuenta de resultados.
Los títulos de la compañía no han sido ajenos a la ola bajista que ha sacudido a un sector fuertemente apalancado, como es el eléctrico. Las utilities europeas con presencia en el índice europeo Stoxx 600 ceden, de media un 4,2% desde el Trumpazo, una cifra que se amplía hasta el 5,8% en el caso de Red Eléctrica.
Sin embargo, este mal desempeño en el parqué no se ha correspondido con una similar rebaja en las estimaciones de beneficios que barajan los analistas. En total, se prevé que la compañía gane 2.017 millones de euros en el próximo trienio, una cifra apenas un 1,9% inferior a la que manejaban los analistas a comienzos de año. Además, con las ganancias de 644 millones de euros esperadas para este año (un 3,2% inferiores a las estimadas en enero), su PER (veces que el precio de la acción recoge los beneficios de la compañía) alcanzaría las 14,3 veces.