
La farmacéutica, que forma parte del Top 10 por fundamentales, cartera que recoge las mejores recomendaciones del mercado español, se encuentra en una fase de reorientación hacia el negocio dermatológico en busca de mejorar la posición en un sector muy competitivo. Su situación financiera es muy sana, con una generación de caja que le permite abordar las operaciones necesarias para este giro. Sus buenos resultados en el primer semestre y las expectativas de futuro han conseguido convertir la recomendación de venta que ostentaba al inicio del año, en un claro consejo de compra a día de hoy.
Uno de esos expertos a los que ha hecho cambiar de opinión es a Álvaro Aristegui, analista de Ahorro Corporación, que valora positivamente la situación financiera de la compañía, cuya caja neta (unos 200 millones de euros para este año), "es músculo para afrontar las posibles inversiones que necesite en el corto plazo. Al no tener deuda, con un apalancamiento moderado, podría asumir sin problemas inversiones de hasta 500 millones de euros para poder seguir creciendo en el negocio dermatológico, donde tiene menos competencia que en el resto de segmentos".
En los resultados del primer semestre ya se dejaron ver los réditos cosechados en el negocio de la piel, especialmente en el Viejo Continente, donde los ingresos del área dermatológica, que ya representa el 43% de las ventas, aumentaron un 27% con respecto al mismo periodo de 2015, mientras que en el cómputo global ascendieron un 13%.
En Estados Unidos, las ventas del área disminuyeron un 2,5%, algo que la propia Almirall preveía, aunque, como indica Aristegui, "las declaraciones en contra de las farmacéuticas por parte de Hillary Clinton le ha perjudicado claramente".
El pasado lunes presentó sus resultados del tercer trimestre, que junto con los dos primeros, ya acumula un beneficio neto de más de 103 millones de euros en el año, un 41% más que en el mismo periodo del año pasado.
Los nuevos proyectos de la compañía tendrán su coste, al menos en España, donde tal y como ha anunciado recientemente la propia empresa, reducirá su plantilla en un máximo de 121 trabajadores con el objetivo de dirigir esos recursos al desarrollo de esas investigaciones que tiene en curso.
A la baja en el parqué
En lo que va de año, sus títulos se han desplomado más de un 20%, algo que lógicamente también ha influido en la mejora de su recomendación. Para Manuel Días Coelho, analista de BPI, "la compañía se está volviendo atractiva, aunque todavía hay que esperar a que madure esta reestructuración. Si mantiene los beneficios, lanza nuevos productos y aumenta su valor por medio de adquisiciones, será una idea clara de inversión".
Otro de los recursos que maneja la compañía es la retribución al inversor. Este año ha destinado 33 millones de euros al pago de dividendos (0,19 euros por título). Esta cuantía se incrementará, según las estimaciones de Bloomberg hasta los 0,27 euros por acción, que, a precios actuales, ofrece una rentabilidad de más del 1,85% al accionista.