
Desde que los principales bancos centrales de medio mundo comenzasen sus programas de compra de activos para impulsar la economía, las rentabilidades de la deuda soberana no han dejado de descender. El último impulso para el rendimiento de los bonos ha venido de la mano del Brexit, que ha hecho que los inversores se hayan refugiado en el papel más seguro.
Esto ha hecho que la cantidad de deuda soberana mundial que se sitúa en terreno negativo ascienda hasta los 11,7 billones de dólares (más de 10,5 billones de euros), lo que supone una subida de 1,3 billones desde el cierre de mayo, según los datos recopilados por Fitch. "Los miedos relacionados con la salida del Reino Unido de la UE llevaron las rentabilidades de los bonos de más larga duración hasta el negativo, con giros particularmente grandes en Alemania, Francia y Japón", explican desde la agencia de calificación.
De este modo, la deuda alemana a 15 años ha entrado en terreno negativo por primera vez en su historia, un nivel que también ha alcanzado el papel nipón al mismo plazo. Mientras, en Francia hay que comprar deuda con vencimiento a 9 años o más para encontrar algo de rendimiento. El montante total de bonos en negativo a siete años o más asciende hasta los 2,6 billones de dólares (2,3 billones de euros), lo que supone un ascenso del 85% con respecto a los datos de finales de abril recopilados por Fitch.
"La creciente cantidad de deuda a largo plazo con rendimientos negativos subraya los desafios a los que se enfrentan tanto los grandes inversores en renta fija como las firmas aseguradoras", señalan desde la agencia.
Ganancias del 3,4%
Durante las últimas tres sesiones el bono español ha registrado fuertes compras, lo que ha hecho que la rentabilidad haya caído hasta el 1,26%, mínimos de más de un año. Así, ha generado beneficios del 3,4%.