
Daimler no consigue frenar las caídas en el parqué. Sus acciones pierden cerca de un 30% en el año y cotizan en niveles que no visitaban desde octubre de 2014, a más de un 4,5 % de su stop loss, que elMonitor sitúa en los 54 euros.
El grupo automovilístico alemán está poniendo en juego su continuidad en la herramienta de inversión de elEconomista al no lograr cortar la sangría que sufre desde que, el 16 de marzo del año pasado, registrara máximos históricos cerca de los 96 euros, desde los que se ha desplomado un 40%.
Por un lado, Daimler sigue cotizando el incremento de la presión regulatoria que supuso el estallido del escándalo de los motores diesel de Volkswagen en septiembre de 2015. El último encontronazo con las instituciones norteamericanas obligó al fabricante de Mercedes a provisionar 500 millones de euros a mediados de mayo. En esta ocasión, la razón fue que los airbags defectuosos de la japonesa Takata podrían haber sido instalados por el grupo alemán en coches comercializados en Estados Unidos y Canadá.
A finales del pasado mes, Daimler admitió que esta provisión y las peores perspectivas de la división de camiones impactarán en los resultados al cierre del ejercicio, aunque insistió en sostener la previsión de que su beneficio crecerá "ligeramente". No lo ve de la misma manera el consenso de mercado, que estima que ganará 8.695 millones de euros este año, un 0,15% más que en 2015. Eso sí, JP Morgan incide en que "los pedidos de camiones en los primeros cinco meses del año han caído a 162.000, desde los 217.000 que recibió en el mismo periodo de 2015". Sin embargo, el banco de inversión confía en que vaya ganando cuota de mercado en este segmento por "su liderazgo tecnológico, su presencia a escala mundial y sus plataformas de producción inteligentes".
Por otra parte, otro foco de incertidumbre para Daimler sigue siendo China, donde consigue un 10% de su negocio. A las primeras dudas manifestadas el último verano sobre la marcha de la economía del gigante asiático, se une ahora la mayor competencia surgida por las exenciones fiscales de las que se benefician los fabricantes locales y las subvenciones para las compras de coches eléctricos.
"La avalancha de nuevos modelos y el recorte de impuestos ha propiciado que los fabricantes chinos ganen cuota de mercado en los últimos meses", explica Steve Man, experto del servicio de análisis de Bloomberg, quien advierte de que "las ventas de modelos chinos podrían acelerarse al final del año, antes de que expire la exención".
Pero Daimler ya ha puesto sus cartas sobre la mesa. El grupo anunció este lunes que invertirá más de 7.000 millones de euros en tecnologías verdes durante los próximos dos años, de los cuales 5.400 millones se destinarán a electrificar todos los modelos de Mercedes.
Además, según añade Steve Man, "las ventas de Daimler en China pueden recibir un impulso gracias al lanzamiento de la Clase E". De hecho, el buen momento del ciclo de producto de la alemana es una de las principales razones por las que el consenso de expertos sostiene un sólida recomendación de compra sobre sus acciones.