
En el mundo de las barbaridades de dinero que han impreso los bancos centrales para reactivar las economías hay un campeón mundial: Japón. Sus cifras convierten casi en algo trivial los enormes programas de estímulos puestos en marcha por EEUU, la zona euro y Reino Unido.
"Si analizas el balance con respecto a la economía se ve que en EE.UU, Reino Unido y Zona euro los programas son de más o menos el mismo tamaño en relación a la economía, pero Japón se sale literalmente del gráfico", explica Manuel Arroyo, director de Estrategia de J.P. Morgan Asset Management España y Portugal.
El gráfico al que se refiere es este a continuación, que la gestora publicó en su grupo en Unience, la red social de inversores. Como se puede ver, el nivel al que ha disparado el Banco de Japón su balance en relación al PIB multiplica por más de 3 veces el del resto de grandes economías mundiales.
El problema, además, es que no está funcionando. Y las dudas empiezan a arreciar. Más todavía cuando en su última reunión la autoridad monetaria nipona no dio el paso que había venido telegrafiando a los mercados. Se quedó muy corta y generó una oleada de desconfianza entre los grandes inversores.
¿Hasta qué punto tiene sentido seguir ampliando el balance si los efectos no acaban de verse? ¿Hasta qué punto tiene sentido esta carrera hacia adelante, asumiendo un riesgo que no está dando resultado?
No ocurre lo mismo en EEUU, donde no ha llegado la recesión que algunos esperaban, como se puede ver en este gráfico de Andbank. Además el empleo mostrando fortaleza, como explicaba Keith Wade, economista jefe de Schroders: "A primera vista, parece que los últimos datos fueron débiles, pero los ingresos medios por hora trabajada se elevaron hasta el 2,5% interanual y la semana laboral media, un 0,4% respecto al mes anterior".
El problema es que no parecen tan contundentes como para subir tipos en su reunión de junio... Y mucho menos cuando sobre otra de las grandes economías mundiales, Reino Unido, pende una peculiar espada de Damocles con el brexit. Este jueves ya ha avisado su gobernador de la posible caída en recesión, si la amenaza se cumple.
Se avecina por lo tanto un junio clave dentro del experimento nuclear de política monetaria que están llevando a cabo los bancos centrales. Y lo hace con una gran pregunta en el alero...
Si alguno de los riesgos se materializa... ¿Qué armas quedarán a los bancos centrales? Parece que el verano otra vez vendrá con temperaturas muy altas.