
A principios de enero Mohammed bin Salman, el mayor responsable económico de Arabia Saudí, desveló que el país estaba sopesando la posibilidad de sacar a bolsa parte de Aramco, la mayor petrolera del mundo. Además, el lunes mismo reveló que el valor que el Reino otorga para la compañía supera los 2 billones de dólares y que el país planea colocar menos del 5% de una firma que será un gigante frente al resto del mercado.
El descomunal tamaño de la empresa de propiedad estatal -Apple capitaliza menos de 600.000 millones-, hace que su valor (tomando como referencia la valoración de Arabia Saudí) alcance el que suman las 36 mayores petroleras del mundo por capitalización. Además, multiplicaría por tres el valor de todo el mercado continuo español.
Además, será la mayor OPV de la historia -el récord lo ostenta Hogg Robinson con una salida a bolsa en la que captó 45.500 millones de dólares, según los datos recogidos por Bloomberg-. De salir al parqué el 5% de la firma, la colocación ascendería a 100.000 millones de dólares. Asimismo, Salman declaró a Al Arabiya televisión que algunos módulos de la compañía podrían ser puestos a la venta en una segunda parte de la operación.
A pesar de que alcanzar un valor de 2 billones de dólares supondría superar ampliamente el récord de capitalización de una petrolera (Exxon rozó los 530.000 millones de dólares en 2007), los analistas no creen que el responsable económico del país haya sido demasiado optimista. "Solo las reservas de petróleo podrían alcanzar un valor de 2,5 billones de dólares con un precio del petróleo de diez dólares", explica Danilo Onorino, gestor de Dogma Capital, a Bloomberg.
Además, recuerda que la petrolera saudita "tiene los costes operativos más bajos del mundo y acceso a financiación muy barata". Las reservas de petróleo de Aramco (no ofrece datos sobre su facturación o sus beneficios) alcanzan los 260.000 millones de barriles, diez veces las de Exxon, la mayor firma del sector.

La hoja de ruta del reino
Bajo el plan "Saudí Vision 2030" presentado el lunes y que debería entrar en vigor en los próximos 45 días, el país busca poder "vivir sin petróleo en 2020", según explicaba al canal Al-Arabiya, el príncipe Mohammed bin Salman, arquitecto de este ambicioso proyecto de transformación. Una hoja de ruta esencial para un gobierno donde el 70% de los ingresos todavía depende del oro negro.
La tarea no es sencilla y requerirá una disciplina por parte del ejecutivo liderado por el Rey Salman que ya ha implementado recortes de gasto público, reducido sensiblemente sus reservas en divisas extranjeras (en un 16% en el conjunto de 2015, hasta los 616.400 millones de dólares) y pedido una de sus primeras líneas de crédito por valor de 10.000 millones de dólares en más de un cuarto de siglo.
Siguiendo la estela de la salida a bolsa de una pequeña participación de Aramco, Arabia Saudí transformará su Fondo Público de Inversión en el fondo soberano más importante del mundo, con al menos 2 billones de dólares en activos (con esta suma se podría comprar Apple, Microsoft, Berkshire Hathaway y Alphabet).
Hasta la fecha, dicho fondo contaba con sólo 5.000 millones de dólares en activos, la mayor parte de ellos procedentes de compañías nacionales. Dicho esto, con la inclusión de Aramco en su cartera, promete llegar a duplicar el tamaño del fondo soberano noruego, hasta ahora considerado el más grande del globo, con 825.000 millones de dólares en activos, según el Sovereign Wealth Fund Institute.
Al mismo tiempo, se mantendrá un compromiso con el plan de consolidación fiscal durante los próximos cincos años, que estará respaldado con reformas estructurales y el incremento de ingresos no procedentes del crudo. En este sentido se incluyen planes de inversión pública-privada, privatizaciones (desde aeropuertos a compañías educativas y de salud), revisión de los precios del agua, energía y la electricidad, la imposición de un impuesto sobre las ventas (con ingresos equivalentes al 2% del PIB) o la implantación de impuestos sobre el consumo de tabaco y refrescos.
Según detalló el príncipe Mohammed bin Salman a los analistas de Bank of America Merrill Lynch, el gobierno busca incrementar sus ingresos no procedentes de actividades relacionadas con el petróleo en 100.000 millones de dólares anuales en 2020.
Además de las medidas anteriormente comentadas, se buscará reestructurar los subsidios, algo que podría generar 30.000 millones en ingresos adicionales al año (el 4,9% del PIB) y se permitirá a las empresas nacionales contratar empleados extranjeros incluso cuando estas hayan superado las cuotas oficiales, una decisión que sumaría otros 10.000 millones anuales (alrededor del 1,6% del PIB) antes de 2020.