
La diversidad ha adquirido en los últimos años cada vez más importancia tanto para los inversores como para las propias empresas. Y no es para menos, ya que aquellas empresas con al menos una mujer en su directiva han obtenido unos resultados sensiblemente mejores en bolsa. Han subido 3,4 puntos porcentuales más al año que aquellas en las que la dirección está compuesta exclusivamente por hombres. Del mismo modo, las que apoyan al colectivo LGTB han superado al mercado en 3 puntos porcentuales anualmente durante los últimos seis ejercicios.
Así, la pluralidad crea valor no solo para las organizaciones, también para los accionistas, una hipótesis que han demostrado desde el banco suizo al estudiar el comportamiento de compañías que cuentan con mujeres en su directiva y de firmas que apoyan al colectivo LGTB (las siglas que designan colectivamente a lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero).
"Como siempre en el campo de la investigación, solo podemos dibujar asociaciones, no causalidad. ¿Las mejores compañías tienen mejores políticas LGTB y atraen más empleados del colectivo o son estos empleados los que hacen mejores a las empresas? Probablemente ambas afirmaciones son correctas", señalan desde la entidad suiza.

Empresas más eficientes
Otra de las claves que desvela el estudio de Credit Suisse es que las empresas con mayor diversidad son también más eficientes que el mercado. La rentabilidad sobre el capital (ROE) media desde 2010 de la cesta de 270 firmas que apoyan al colectivo LGTB se ha situado en el 13%, frente al 11,6% del mercado en ese mismo periodo.
Un extremo que se cumple también cuando las mujeres tienen mayor representación en la cúpula de las empresas: entre 2005 y 2013 esta ratio se elevaba hasta el 14,1% en las empresas con al menos una mujer en su directiva y se quedaba en el 11,2% en el caso de que esta estuviese compuesta solo por hombres.
Distribución por sectores
La cesta compuesta por la entidad suiza incluye compañías de todos los sectores, pero el 60% del peso corresponde a firmas de tres sectores claves: tecnología de la información, financieras y productos básicos de consumo. "El elevado peso del primer sector (24%) puede reflejar una plantilla más joven, lo que hace más probable que declaren su orientación sexual", concluyen desde Credit Suisse.
