En un intento por acumular efectivo, los bancos centrales y muchos gobiernos internacionales vendieron un total de 57.200 millones de dólares en deuda estadounidense el pasado mes de enero, según los datos actualizados dados a conocer por el Departamento del Tesoro. Esta cifra supone un incremento con respecto a los 48.000 millones de dólares desinvertidos en diciembre y la mayor cantidad registrada desde que comenzasen a recopilarse estas cuentas en 1978, según apunta CNN Money.
Este hecho confirma la tendencia registrada el año pasado, cuando los bancos centrales se deshicieron de un total de 225.000 millones de dólares en bonos y notas del Tesoro de EEUU. En un momento en que la demanda global se ha debilitado y los precios del crudo han generado incertidumbre entre muchos mercados emergentes, muchos gobiernos han requerido aumentar sus niveles de liquidez para poder así estimular sus respectivas economías.
Un claro ejemplo de ello está en China. Pekín, el mayor tenedor de deuda estadounidense, redujo su nivel de deuda pública estadounidense en 8.200 millones de dólares. Esta cifra podría ser mayor si tenemos en cuenta que la segunda mayor economía del mundo vendió alrededor de 100.000 millones de dólares de sus reservas a comienzos de año. Otros países como Noruega, México, Canadá o Colombia se deshicieron de bonos del Tesoro de EEUU en los primeros compases de 2016, a medida que el barril de crudo llegó a situarse por debajo de los 30 dólares.
Aún así, esta tendencia no supone un cambio fundamental. Al fin y al cabo es evidente la solidez de la economía de EEUU cuando se compara con otras economía avanzadas. Es por ello que la cifra total de deuda pública americana en manos extranjeras creció en enero hasta los 6,18 billones de dólares, especialmente impulsada por la demanda de inversores internacionales. Además, otros países como Japón, Brasil o Bélgica aumentaron sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidenses.
En estos momentos, donde la tensa calma parece regresar a los mercados, la demanda de deuda estadounidense sigue siendo sólida. De hecho, la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años de EEUU se sitúa en estos momentos en el 1,89%. En un momento en que Europa y Japón experimentan con tipos de interés negativos sobre los depósitos, la deuda de EEUU sigue presentando una opción más atractiva para los inversores en busca de rentabilidad.
