
La recompra de acciones está en desuso. En plena tormenta bursátil y con menores expectativas de beneficio, las cotizadas empiezan a reducir la cantidad que destinan a esta práctica, que tradicionalmente se ha utilizado como una forma alternativa de premiar al accionista -sobre todo al otro del Atlántico-y también de defender al título en bolsa.
Sin ir más lejos, en el acumulado de noviembre y diciembre del año pasado, las estadounidenses emplearon 48.000 millones de dólares a retirar sus propios títulos del mercado para elevar el beneficio por acción de sus accionistas según Bloomberg. ¿Mucho, poco? Teniendo en cuenta ese mismo periodo años atrás, es la cifra más baja desde 2008.
Los bajos precios del crudo llevaron a principios de mes a la petrolera más grande del mundo, Exxon, a anunciar que reducirá su programa de recompra de acciones a más de la mitad. Y como ella, un sin fin de compañías seguirán sus pasos. "Las recompras de acciones van a ser en este ejercicio bastante más inferiores, comparativamente hablando, a las de
¿A qué se debe?
Las razones que invitan a pensarlo son varias. En primer lugar, enumera el experto, la temporada de resultados está enseñando la estrechez de márgenes con la que operan muchas compañías, especialmente las del sector financiero. "En esta tesitura, la antigua práctica de comprar autocartera para elevar el precio de las acciones está cada vez más en desuso. Las compañías no son ingenuas y han podido comprobar como un elevado volumen de autocartera pasaba a ser visto como un inconveniente por parte de los analistas que se fijan ahora más en los motivos de esta compra", argumenta Arco.
Y en segundo lugar, la propia situación del mercado, continúa, enquistado en un movimiento bajista, tampoco invita mucho al optimismo. "Sólo en casos muy puntuales podríamos entender que parte de los beneficios obtenidos se dedicaran a la autocartera a fin de premiar al accionista por vía subida de precio en la acción que por propio dividendo en metálico", añade.
No sería precisamente en el caso de las petroleras. Han sido sobre todo ellas las que más han recortado los buybacks (recompra de acciones) en el último año, hasta los 14.260 millones de dólares en 2015, que es la cantidad más baja desde al menos 2003 -último dato disponible-. Y en este ejercicio, la previsión no es más halagüeña porque se espera que las ganancias conjuntas del sector bajen por primera vez desde 2012 por debajo de los 100.000 millones de dólares, hasta los 62.800 millones.
Aunque en realidad, pocos sectores se escaparon de tener que reducir esta práctica en el último año, por la que solo en Estados Unidos las cotizadas destinaron casi medio billón de dólares en 2015 y mediante la que los inversores lograron una rentabilidad extra del 2,68%, que se une a la del dividendo tradicional, del 1,84 % -entre las dos, la retribución es superior al 4 %-. Según Bloomberg, tanto el sector financiero, como el de salud, el tecnológico o el de los materiales también recortaron los millones que dedicaron el año pasado a recomprar acciones. Y solo lo aumentaron las compañías industriales y las utilities.
En Europa también caen
Claro que el menor uso de los buybacks que ya se empezó a ver el año pasado y que se presume de ahora en adelante no es una situación vista solo en Estados Unidos. En Europa, aunque esta práctica es mucho menos utilizada, lo cierto es que en el acumulado de 2015 las grandes cotizadas del Viejo Continente emplearon 64.300 millones de euros a este fin. Para encontrar una cifra tan baja es necesario retroceder doce años atrás, hasta 2003. Entonces las recompras apenas alcanzaron los 60.500 millones.
Se trata de una cantidad que solo evidencia que en Europa la vía de remuneración más popular al accionista es la del pago de un dividendo en efectivo. A través de ella los inversores europeos obtuvieron en 2015 un rendimiento del 1,91%, a lo que añadieron un 0,65% extra por la vía de la recompra de acciones. Lo que significa que al final el premio fue del 2,56%, inferior al que lograron los accionistas de cotizadas estadounideses y todo gracias a los buybacks.
A pesar de que muchas europeas han incluido este hábito entre sus costumbres para mimar al inversor, en países como España también debe tenerse en cuenta que bastantes cotizadas retiran títulos del mercado con una intención bien distinta. La de paliar el efecto dilutivo que implica pagar el dividendo mediante acciones en vez de en efectivo. Es el caso de Ferrovial, ACS, Iberdrola o Telefónica. Sin embargo, también hay españolas que han recomprado acciones en algún momento para crear valor, como Amadeus, Mediaset, Fluidra o Airbus, entre otras.