
1973. La Organización de Países Exportadores de Petróleo, con 13 años de edad, conseguía ese ejercicio alcanzar una cuota de producción que nunca ha vuelto a ser tan elevada. En aquel momento, la Organización generaba más de la mitad de todo el crudo del planeta: según los datos que recoge Bloomberg, de los 58,4 millones de barriles que se producían al día en el mundo la OPEP era responsable de 30,7 millones, un 52,7 por ciento del total, que hasta hoy sigue siendo la cuota más alta que ha conseguido.
La guerra del Yom Kippur, que comenzó a principios de octubre de aquel año, fue el principio del fin de la hegemonía mundial del oro negro por parte de la Organización. El conflicto bélico entre Israel y sus vecinos Egipto y Siria llevó a la OPEP a tomar cartas en el asunto, tomando la decisión de recortar drásticamente la producción de crudo y llevar a cabo un embargo a las exportaciones, principalmente hacia Estados Unidos, el gran aliado del Estado judío.
La decisión tuvo el efecto esperado, al castigar al principal consumidor de energía del mundo -EEUU-, pero implicó un sacrificio, ya que generó que los países miembros de la Organización produjesen entre todos 21,78 millones de barriles en 1974, un descenso de más del 30 por ciento frente al año anterior, que supuso mantener una cuota de producción del 36,6 por ciento, la más baja de su historia en aquel momento -se recogen datos a partir de 1965-.
La OPEP tardó poco en normalizar su cuota, volviendo a producir más de 30 millones de barriles al día en 1976, consiguiendo además generar más de la mitad de todo el petróleo mundial, al alcanzar una cuota del 50,6 por ciento. Sin embargo, tras cuatro años de estabilidad, en 1980 tuvo lugar la segunda crisis del petróleo: Irán e Irak entraron en guerra y la producción de la Organización se resintió durante toda la década de los 80, manteniéndose en el entorno de los 15 millones de barriles al día, lo que no era suficiente para alcanzar una cuota del 30 por ciento.
El precedente
A pesar de que la situación geopolítica ha cambiado, la negativa de recortar la producción por parte de la Organización tiene un precedente, y ocurrió en 1987. La cuota de la OPEP fue inferior al 30 por ciento entre los años 1982 y 1987; sin embargo, algo cambió este último año: como se explica desde Bloomberg, Arabia Saudí, cansada de recortar la producción para impulsar los precios, decidió en aquel momento mantener intactos sus niveles, a pesar de la caída de la demanda que estaba teniendo lugar en el mundo desde 1980 por el aumento de los precios -según datos de la petrolera BP, la demanda global cayó durante los tres primeros años de la década y no volvió a superar los niveles de 1980 hasta 1988-.
La guerra entre Irán e Irak terminó en 1988 y esto, junto a la negativa de recortar la producción por parte de Arabia, llevó a la OPEP a volver a generar petróleo por encima de los 20 millones de barriles en 1989, lo que supuso alcanzar una cuota superior al 37 por ciento. Desde entonces, la Organización ha mantenido una cuota entre el 33 por ciento y el 37 por ciento, a pesar de que produce casi un tercio más de barriles que en aquel momento: cerró el pasado mes de noviembre con una producción de 32,12 millones de barriles diarios.
El incremento en la producción de crudo por parte de países como Estados Unidos y Rusia, gracias al desarrollo de la técnica del fracking, es el principal responsable. El gigante norteamericano ha conseguido colocarse algunos meses de este año como el principal productor del mundo, lo que, según los expertos, ha motivado a la OPEP a no recortar la producción, a pesar de la caída de los precios, como ya hizo en 1987.
Tomás García-Purriños, gestor de Morabanc Asset Management, explica sobre esto que "Arabia está jugando al clásico juego del gallina -a ver quién aguanta más-, y pensamos que el resultado más probable, de acuerdo a la teoría de juegos, es una reducción de la oferta tanto de los productores No-OPEP, como de la OPEP, especialmente los crudos más caros: Mar del Norte, Deep y Ultra Deep Water y Shale Oil en EEUU y Canadá".
¿Cómo acabará todo?
El experto considera que "de acuerdo a la teoría de juegos anteriormente comentada, y teniendo en cuenta que Arabia Saudí no quiere perder cuota de mercado frente a Estados Unidos -actual principal productor mundial de crudo-, no creemos que el juego finalice hasta que Arabia Saudí recupere la cuota de mercado perdida -en torno al 42 por ciento del conjunto de la OPEP en 2012-". Según datos que publica Bloomberg, la cuota de Arabia actual dentro de la OPEP se mantiene en el 32 por ciento, ya que produjo en noviembre 10,33 millones de barriles al día, de los 32,12 millones que generó la OPEP.
García-Purriños concluye destacando que "estudiamos la capacidad de cada jugador para adaptarse al entorno. En este sentido, podemos dividir el déficit público de cada país de la OPEP entre el tamaño de sus fondos soberanos para saber durante cuánto tiempo podrían permitirse mantener los precios actuales sin aumentar la deuda del país. En este sentido, los principales actores tienen bastante margen: Arabia Saudí se podría permitir casi 5 años, Irán 5,4 y Emiratos Árabes más de 5,5. Por ello pensamos que, como ocurrió en el 86-87, Estados Unidos será el perdedor del juego. Debemos estar atentos a los descensos en la producción estadounidense y a la pérdida de cuota de mercado frente a los productores de la OPEP".