Desde hace años la compañía francesa ha experimentado un proceso de transformación que comenzó con la fusión de la empresa energética Suez y Gaz de France, de la que el Estado francés poseía más de un 80 %, a raíz de esta operación se procedió a la privatización de la multinacional, de la que ahora el Estado controla el 32,7%.
Uno de los últimos pasos ha sido el cambio de nombre pasando de denominarse GDF Suez a llamarse Engie. "El nuevo nombre adopta el sol naciente como su logo, simbolizando un nuevo día en el mundo de la energía", apuntan desde la marca. Y dentro de las eléctricas que están dando pasos para inclinarse del lado de las energías verdes Engie saca ventaja en el mercado a sus competidoras del Viejo Continente, ya que cuenta con la mejor recomendación de las utilities europeas.
Y es que la empresa ha sufrido unos años difíciles de los que se está empezando a recuperar: entre 2008 y 2012 acumuló cinco años consecutivos de caídas en el parqué y en 2013 perdió más de 9.000 millones. El año pasado volvieron las ganancias y los expertos esperan que ahora la firma pueda crecer a un ritmo muy superior al del resto del segmento: se prevé que el beneficio neto de la francesa se eleve un 19,6% entre 2015 y 2017 y que el del conjunto las grandes europeas -a excepción de E.On que pasará de pérdidas a ganancias- lo haga al 3,5%.
"Con una nueva directiva, una nueva estructura organizativa, un nuevo programa de recorte de costes y con lo que esperamos que sea un análisis de los activos más lógico, estamos esperanzados de que esta vez Engie dará los primeros pasos que llevarán a los beneficios a crecer de nuevo", apuntan desde Exane BNP Paribas. De hecho, gracias a esta buena evolución de las ganancias, la compañía cotiza con un descuento de casi el 4% con respecto a sus principales competidoras en el Viejo Continente.
Asimismo, desde Citi creen que "la acción está reflejando la presión en los beneficios que afronta la firma, pero no plasma algunos de los puntos positivos potenciales como un recorte de los costes, la renegociación de las tasas nucleares en Bélgica o el crecimiento del volumen negociado de gas natural". Por su parte, el equipo de análisis de AlphaValue, considera que es importante recordar que "el grupo cuenta con unas cuentas robustas, unas de las más sólidas del sector". Precisamente, sus buenos estados financieros pueden ser una palanca que permita a la compañía invertir en energías verdes. "Las renovables son un área obvia para que Engie se fije en ella", señalan desde Exane BNP Paribas.
De este modo, señalan que "hay una demanda internacional creciente y, dadas sus cuentas, el grupo puede ser más activo en algunos proyectos a escala más grande que, quizás, algunas compañías que solo se centran en este sector no serían capaces de obtener".
Otro de los asuntos que afronta la compañía durante los próximos meses y que preocupa es la negociación de los precios de la distribución del gas para el periodo que va de 2016 a 2019. Desde Raymond James reconocen que "en la fase inicial de las negociaciones parece haber gran distancia entre Engie y el regulador", pero consideran que el potencial impacto negativo "sería limitado". En cualquier caso, desde la casa de análisis recuerdan que las negociaciones se prolongarán hasta febrero de 2016.