
Los gigantescos recortes de las inversiones que están afrontando las principales petroleras y gasistas del planeta están preparando el terreno para una futura subida de precios del crudo que podría ser "brusca", según la tesis que defienden las autoridades de Arabia Saudí.
Las inversiones totales se han recortado en 200.000 millones de dólares este año y caerán entre el 3% y el 8% el próximo año. Será además la primera vez que el gasto se reduzca por dos años consecutivo desde mediados de los 80.
Tal como señalaba este lunes el viceministro de Petróleo y Recursos Minerales de Arabia Saudí, Abdulaziz bin Salman, se han retrasado o cancelado ya proyectos por un volumen equivalente a unos 5 millones de barriles de diarios.
El responsable saudí considera que el actual periodo de precios bajos prolongados es "insostenible, puesto que inducirá grandes recortes de inversiones y disminuirá la capacidad de la industria para reaccionar -cuando la demanda se recupere-, y está sentando por tanto las bases para otra subida dramática del precio del crudo".
Frente a ese escenario, Arabia Saudí quiere enviar una señal de confianza y asegura que "como productor responsable y confiable, con un horizonte a largo plazo, el Reino se compromete a continuar invirtiendo en el sector del crudo y el gas, a pesar de las caídas de precios".
El país parece dejar así claro que no considera urgentes las recomendaciones del FMI, organismo que ha advertido que a Arabia Saudí no le queda más remedio que aplicar recortes, y además rápido, si quiere mantener sus finanzas públicas a flote.
Y es que, pese a no tener apenas deuda pública a la que hacer frente en los mercados internacionales (su posición neta es claramente acreedora), esa situación podría no durar siempre si el país persiste en un déficit público que al terminar este año rozará el 20%.
Con el anuncio hecho hoy, Arabia Saudí hace toda una declaración de intenciones respecto a cómo afronta el problema, y afirma con claridad que no necesitará recortar gasto en profundidad gracias, precisamente, a que los ingresos del crudo (el 80% de los que entran en su tesoro), volverán pronto a niveles de equilibrio financiero.