Bolsa, mercados y cotizaciones

Cellnex, Merlin y Saeta vinculan sus dividendos al flujo de caja y no al beneficio

Cuando parecía que ya estaba todo inventado en las políticas de retribución al accionista, algunas compañías buscan nuevas fórmulas. Lo más habitual en España es que las cotizadas se comprometan a repartir como dividendo un porcentaje de sus beneficios. El problema es que estas ganancias no siempre son un reflejo del dinero que realmente tiene una empresa para devolver a los inversores. ¿Por qué no vincular los pagos a otra variable? Algunas de las últimas compañías que han debutado en la bolsa española como Cellnex Telecom, Saeta Yield o Merlin Properties ya lo están haciendo, fijando el importe de sus dividendos en función de sus flujos de caja.

Este tipo de políticas puede evitar que, como ha ocurrido durante muchos momentos de la crisis, las cotizadas se vean contra las cuerdas, recurriendo a reservas o incluso a endeudarse para cumplir con los dividendos prometidos porque los beneficios no son suficientes para cubrirlos. Es más, las ganancias netas a veces engañan y no son un indicativo de la capacidad que tiene una empresa para pagar dividendos. Así lo explican desde Cellnex al plantearles por qué han implantando esta política: "En nuestra opinión, el beneficio neto refleja parcialmente la realidad de la compañía (tiene multitud de efectos contables, como las amortizaciones, que distorsionan la capacidad de generación de caja del negocio)".

"Optamos por un porcentaje sobre el flujo de caja libre apalancado recurrente porque es la caja que queda tras restarle al negocio el circulante, el pago de impuestos y el pago de intereses. Es la caja que queda para crecer, repagar deuda o retribuir al accionista, con lo que queda muy claro cómo la compañía emplea y prioriza sus recursos", exponen desde la firma de infraestructuras de telecomunicaciones.

Al ligar la retribución a los flujos de caja, las empresas podrían ofrecer dividendos más fiables. "En definitiva, la diferencia principal con el beneficio neto sería excluir los extraordinarios. En este sentido, sería una magnitud más estable que da a los inversores unas expectativas de dividendo más predecible", afirma Nicolás López, director de análisis de MG Valores. Solo en el caso de que se optase por vincular los pagos a la liquidez pero una vez descontadas las inversiones, sí podría ocurrir que "el flujo de caja se redujese drásticamente, lo que daría una mayor incertidumbre al dividendo, que estaría supeditado a que la compañía no tuviese que afrontar un plan de crecimiento importante", apunta López.

Pero, en general, los expertos acogen positivamente estas políticas. "Lo más importante desde mi punto de vista en una compañía es la generación de flujo de caja libre", opina José Lizán, gestor de Auriga, que considera que "endeudarse para pagar dividendos para cumplir con el pay out anunciado como hacen otras compañías es un sinsentido". "Es mucho más eficiente retribuir al accionista si la generación de flujo de caja lo permite. Cuando una compañía genera cash flow es porque funciona muy bien en todos los campos, tanto que es capaz de generar excesos de liquidez. Por ello, lo veo muy acertado", remata.

Si las empresas se ajustasen a su capacidad para generar caja también podrían evitarse fórmulas como el scrip dividend, en el que las cotizadas recurren a ampliaciones de capital para hacer frente a los pagos comprometidos, diluyendo a los inversores que optan por cobrar en efectivo y no en acciones.

Qué pagan estas compañías

Las empresas que utilizan esta política de remuneración ligada al cash flow también se comprometen con el accionista. En el caso de Merlin Properties, al tratarse de una socimi, la legislación española obliga a que distribuya al menos un 80% de sus ganancias para beneficiarse de este régimen con ventajas fiscales. "Lo calculamos con el sistema americano, para que lo entiendan los inversores. Pagamos el 80% del free cash flow from operations [flujo libre de caja de las operaciones] para competir con empresas internacionales. Si algún año concreto hay que distribuir por encima del beneficio contable lo haremos por prima de emisión", explicaba Ismael Clemente, el presidente de Merlin Properties, en una entrevista a elEconomista.

La compañía ya anunció que su primer dividendo será de 0,45 euros por acción y parte, efectivamente, será prima de emisión. En total, ofrece en torno a un 4,2% de rentabilidad y habrá dos pagos, uno en las próximas semanas y el otro en 2016.

Por su parte, Cellnex decidió en su salida a bolsa repartir solo un 20% de su flujo de caja libre apalancado recurrente, ya que la compañía está más enfocada al crecimiento. De ahí que los bancos de inversión esperen que este año ofrezca menos de un 1% de rentabilidad por dividendo. El importe previsto por el consenso de mercado ronda los 0,13 euros por acción, lo que supondría distribuir unos 30 millones de euros, en línea con el 20% de la caja que generó Cellnex en 2014.

El objetivo de Saeta Yield es bien distinto. La compañía ofrece una de las rentabilidades por dividendo más elevadas de la bolsa española, ya que se ha comprometido a repartir el 90% de sus flujos de caja. Ya ha abonado dos de sus pagos trimestrales por un total de 0,2567 euros y el consenso de mercado prevé 0,61 euros para todo el año, lo que supondría un 7,3%. Para 2016, la rentabilidad por dividendo esperada alcanza el 8,4%.

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