
Con la expectativa de que la subida de tipos en Estados Unidos se retrase hasta diciembre, los inversores empiezan a ver el atractivo del bono americano en los niveles actuales, dejando de lado otros refugios tradicionales, como el 'papel' alemán. Para el inversor, una vía de acceso son los fondos de inversión denominados en dólares, que aportan una rentabilidad extra por el lado de la divisa
Detrás de una huida siempre suele existir un motivo. En el caso de la que emprendieron los prisioneros aliados a los que da vida la película La gran evasión (1963), protagonizada por Steve McQueen, no era otra que escapar de un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. A otra escala -y salvando mucho las distancias-, en el mercado de deuda los inversores también empiezan a huir del refugio alemán (el bund), para explorar oportunidades dentro del americano (el treasury), que camina hacia el 2,5 por ciento -actualmente está en el 2,17 por ciento-. La deuda americana cuenta además con la presión vendedora del Estado chino, propietario del 19 por ciento de la misma.
A falta de conocer el veredicto de la Reserva Federal (Fed) del jueves, sobre si empieza a normalizar los tipos de interés o no, el bono estadounidense se ha convertido en el activo por excelencia frente a sus homólogos del G7, integrado por Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Y es que la posibilidad de que el órgano presidido por Janet Yellen encarezca el precio oficial del dinero en la cita de septiembre pierde fuelle a favor de que se demore hasta diciembre. Así lo demuestra la encuesta recogida por Bloomberg, donde solo el 28 por ciento de los participantes prevé que la subida llegue este mes.
"Una vez que la Fed comience a subir los tipos, el ritmo será moderado, lo que significa que es poco probable que los rendimientos de los bonos públicos de otros países desarrollados aumenten considerablemente en los próximos 12 meses", indica Asoka Wöhrmann, director de inversiones de Deutsche Asset & Wealth. "Con el BCE manteniendo su flexibilización cuantitativa, el diferencial entre los bonos del Tesoro estadounidense y los bonos alemanes probablemente continuará", añade.
A eso se une que, durante las últimas semanas, otros valores refugio, como el oro, han dejado sin salvavidas a muchos inversores. La onza del metal precioso ha caído alrededor de un 7 por ciento este año. Con los bancos centrales de medio mundo obligados a recortar tipos y bombear liquidez, el treasury a 10 años ofrece una rentabilidad mucho mayor a otras obligaciones de referencia en 17 economías desarrolladas. Es decir, mantiene al inversor a flote en esta marea bursátil y, encima, ofrece retornos consistentes.
Otro factor que debe tenerse en cuenta es que China ha empezado a vender deuda norteamericana. El Banco Popular de China ha comprado yuanes y vendido activos denominados en dólares para respaldar el tipo cambio como parte de la devaluación de su divisa.
Solo en el mes de agosto, la reserva de divisas del país cayó en 93.000 millones de dólares, se trata del descenso más fuerte en un mes de toda la historia, aunque se trata solo del 2,5 por ciento del total de reservas.
No obstante, pese a los rumores iniciales, desde Goldman Sachs consideran que esta venta de bonos del Tesoro por parte de China no disparará su rentabilidad, al menos de forma inmediata. En estos momentos, el banco capitaneado por Lloyd Blankfein espera que la rentabilidad del treasury a 10 años alcance el 2,5 por ciento a finales de año. Su proyección se mantiene por debajo del 3 por ciento estimado si se tienen en cuenta los fundamentos macro.
Al respecto, Francesco Garzarelli, co-director de investigación de mercado y macro para este banco, aclaraba en un informe que esta venta no está siendo "directa". Al fin y al cabo, esta operación se compensa parcialmente con los inversores que se refugian en activos de renta fija dada la desaceleración del crecimiento económico chino y la volatilidad a nivel global.
Una alternativa para invertir en deuda americana es hacerlo a través de fondos de inversión que además estén en dólares. Más que nada porque la expectativa es que el euro continúe depreciándose contra el dólar -Bloomberg sitúa el cambio en los 1,06 dólares a final de año, frente a los 1,12 dólares por los que intercambia ahora un euro-. Si la previsión se cumple, se ganaría incluso más por la vía de la divisa que por la propia deuda.
Con nombres y apellidos
Dentro de los que se comercializan en el mercado español, con una inversión máxima de 10.000 dólares, si lo que busca es únicamente invertir en bonos públicos americanos, uno de Goldman Sachs, el GS US Mortgage Backed Secs IO, con cinco estrellas Morningstar, se postula entre los más rentables del año al avanzar más de un 10 por ciento. No requiere inversión mínima, como tampoco la exigen el Pictet-USD Government Bonds P dy y el Parvest Bond USD Short Duration I.
Otra opción para aprovechar sólo el efecto divisa es invertir en fondos de deuda americana, pero corporativa. En éste ámbito destacan tres fondos (GAM Star Credit Opp, AXA IM FIIS US Corp Bonds F-C y UBAM Corporate USD Bond I). De ellos, el primero es el de mayor tamaño y el que obtiene una calificación más elevada por parte de Morningstar. Eso sí, para entrar es necesario un mínimo de 10.000 dólares.