
El gigante asiático no va a ser capaz de continuar creciendo a un ritmo del 7% anual. Es más, según Goldman Sachs, en 2016 ni siquiera conseguirá crecer al 6,7% que estimaba el banco de inversión hasta ahora, ya que ha recortado sus previsiones hasta el 6,4% para ese año. Para 2017, el gigante estadounidense esperaba que la economía China avanzase a un ritmo del 6,5%, pero ahora cree que la subida será menor en cuatro décimas: un 6,1%. Para 2018 el país no conseguirá superar el 6% en este sentido, según Goldman, ya que ahora estima que lo hará a un ritmo del 5,8%, frente a las previsiones del 6,2 que mantenía hasta ahora.
El recorte que ha llevado a cabo el banco americano choca con las previsiones de la media de analistas que recoge Bloomberg, que espera que en 2016 la economía del país avance a un 6,7%. Goldman explica que "la depreciación del yuan ha acelerado la salida de capital del país", además de destacar que "el sector industrial es el que más presión está sufriendo, por el deterioro de las exportaciones, un descenso a principio de año de las infraestructuras impulsadas por el Gobierno y peores condiciones para recibir créditos", según explica Bloomberg.
Ayer, el periódico Financial Times, citando a miembros del Gobierno, publicó que China ha decidido no seguir intentando impulsar la bolsa del país a base de compras masivas de acciones. A partir de ahora la política de los reguladores del país estará orientada a detener a quienes sean sospechosos de desestabilizar el mercado. Este fin de semana ya se han llevado a cabo varias detenciones que certifican la nueva política del gigante asiático -ver apoyo-.
Brasil no crecerá hasta 2017
No corren buenos tiempos para la Administración de Dilma Rousseff. Después de que el pasado viernes, la mayor economía de Latinoamérica confirmase su entrada oficial en recesión, tras contraerse un 2,3% en el segundo trimestre del año, los economistas estiman que el país no logrará levantar cabeza hasta 2017. Desde J.P. Morgan, sus economistas, Cassiana Fernández y Cristiano Souza, rebajaban sus previsiones para Brasil, que registrará una contracción del 2,8% este año y una nueva caída del 1% en 2016. Cifras que confirman que la economía brasileña se enfrenta a su recesión más larga desde 1930 y que empeoran considerablemente su futuro a medio plazo.
Al fin y al cabo, los economistas de J.P. Morgan han rebajado en ocho décimas sus perspectivas para 2015 y en otras nueve décimas sus estimaciones para el año que viene. "Tras la sorpresa a la baja del PIB en el segundo trimestre, los indicadores de confianza sugieren que el impulso en el trimestre actual es más débil de lo previsto", explica Fernández, quien señala que, dado el contexto externo más complicado y una inestabilidad política en el país que continuará en el futuro, "la recesión será más profunda de lo previsto".
