
En un momento en que muchos ponen en duda las cifras oficiales que publica el gobierno chino sobre sus estadísticas económicas, llama la atención como en el país no sólo se copian relojes u otros productos como películas o bolsos sino que también bancos estadounidenses. O al menos su nombre.
Según publica Bloomberg, una entidad financiera en Shenzen, ha osado usurpar el nombre del banco capitaneado por Lloyd Blankfein, el todopoderoso Goldman Sachs. Sin embargo, para evitar polémica este 'pirateo' tiene truco, ya que incluye la palabra Shenzhen en su registro. Así, Goldman Sachs (Shenzhen) Financial Leasing, lleva operando en la urbe china, justo en la frontera con Hong Kong, durante los últimos años.
De hecho, el gobierno de Shenzhen indica que la compañía opera bajo dicho nombre desde mayo de 2013. Un hecho sorprendente si tenemos en cuenta que la firma no tiene nada que ver con el banco estadounidense o su filial real en el gigante asiático. Según cuenta Bloomberg, al hacer una llamada de teléfono a la compañía pirata, una recepcionista confirmó que la entidad no está relacionada con el banco estadounidense y enfatizó que el nombre de la compañía para la que trabaja incluye la palabra Shenzen.
Desde Goldman Sachs en Hong Kong, su portavoz, Connie Ling, confirmó que el banco no tienen nada que ver con esta compañía ubicada en la ciudad de Shenzhen. Como explica Bloomberg, este fiasco fue descubierto por un sindicato de empleados de casinos estadounidenses. El Sindicato Internacional de Ingenieros envió una carta a Wang Quishan, el director de la Comisión de Inspección Disciplinaria del Partido Comunista, pidiendo que investigase a Goldman Sachs (Shenzhen) Financial Leasing por sus relaciones con los casinos de la familia Cheung Chi-tai, relacionadas con la mafia china.
De momento, parece poco probable que el verdadero Goldman Sachs pueda deshacerse de este clon en el gigante asiático. La leyenda del baloncesto, Michael Jordan, perdió un caso contra un fabricante de ropa deportiva en China que usaba la versión de su marca con nombre en chino. Apple tuvo que pagar 60 millones de dólares a una compañía china que intentó bloquear la venta de iPads en el país en 2012, dado que infringía el uso de la marca en el país.