
China devaluó hoy casi un 2% el yuan con respecto al dólar, en la mayor revisión a la baja del valor de su moneda en dos décadas. Esta decisión tendrá un efecto inmediato: el abaratamiento de los productos chinos. Sin embargo, también la pérdida de poder adquisitivo de sus ciudadanos y un obstáculo para las empresas, entre ellas las exportadoras, las mineras y las aerolíneas.
Los fabricantes de automóviles han mostrado en sus respectivas bolsas el desacuerdo con la medida ante el temor de ser menos competitivos que sus homólogos chinos. Además, muchos de ellos, sobre todo los que hacen coches de lujo, habían encontrado en China una creciente demanda por parte de los nuevos ricos. Tal es así que, los pedidos en el país superaron a los de EEUU en empresas como BMW. Ante este escenario, las acciones de esta compañía, junto a otras como Daimler, registraron hoy caídas de más del 4%.
Otras firmas, cuyo público es fundamentalmente de clase alta como la francesa LVMH o la italiana Salvatore Ferragamo, también retrocedieron alrededor del 5%. El mercado asiático, en el que se incluye China, representa casi un tercio de los ingresos de estas compañías. La suiza Swatch también cayó más del 5%.
En el mercado local, las acciones de las aerolíneas chinas se han visto también perjudicadas ante la posibilidad de que su deuda denominada en dólares se incremente y dañe sus ingresos. Las acciones de China Southern Airlines cerraron la jornada con una caída del 18%, su mayor descenso desde el atentado terrorista de septiembre de 2001. Los títulos de Air China cayeron el 13%, mientras que los de China Eastern Airlines cedieron el 16%.
El sector de la minería es otro de los damnificados de la jornada. La subida del dólar frente a la divisa china ha pasado factura a los productos básicos, entre ellos el cobre. Las empresas del sector como BHP Billiton, Rio Tinto, Antofagasta y Glencore se dejaron más de dos puntos porcentuales.