
Desde el colapso de Lehman Brothers, mucho hemos hablado de los bancos "demasiado grandes como para caer", también conocidos como Too Big to Fail. Si en 2008 el gobierno estadounidense tuvo que rescatar a la banca con más de 700.000 millones de dólares, eso sí recuperando con beneficios el dinero invertido en muchos de los bancos, parece que más de seis años despuésp la factura podría ser mucho más alta.
Los intentos de reforma financiera, a través de la Ley Dodd-Frank, y otras iniciativas por reducir los riesgos sistémicos a la banca parecen no estar surtiendo demasiado efecto. Según la Reserva Federal de Richmond y su "Barómetro del Rescate", los activos que podrían estar sujetos a una protección explícita o implícita por parte del gobierno federal ante posibles pérdidas ascienden ya hasta el 60 por ciento del sector financiero. El precio total de dichos pasivos garantizados por el gobierno suponen alrededor de 25,9 billones de dólares, según la CNBC.
Estos pasivos proceden principalmente de los bancos y entidades de ahorro, cooperativas de crédito, fondos privados de pensiones así como las empresas patrocinadas por el gobierno, que incluyen a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, y otras entidades financieras.
Si en 2009, los pasivos totales del sector financiero, los garantizados y los no garantizados por el gobierno, superaban los 42,3 billones de dólares, en estos momentos dicha cifra alcanza los 43,15 billones de dólares, según los últimos datos actualizados el pasado mes de marzo, lo que supone un incremento del 2 por ciento. El nivel de los activos garantizados ha crecido un 3,9 por ciento, desde los 24,9 billones de dólares en 2009 hasta los 25,9 billones de dólares.
Desde la web de la Fed de Richmond advierten que "cuando los acreedores esperan ser protegidos ante posibles pérdidas, suelen sobrefinanciar actividades de riesgo, por lo que aumentan las probabilidades de repetir crisis financieras y los rescates como ocurridos entre 2007 y 2008". Es por ello que dado el actual tamaño de la posible factura a cubrir, los funcionarios del banco central de la región de Richmond exigen una solida supervisión de las empresas que podrían beneficiarse de este tipo de protección. También indican que es necesario reducir estos colchones para restaurar la disciplina en el mercado y lograr así una estabilidad financiera.