Ni en la ventanilla del banco ni en la del Tesoro Público podrá encontrar los productos de hace unos años. El dinero más conservador se debatía durante la crisis entre unos depósitos extratipados y los intereses desorbitados que el Estado pagaba por financiarse. Los inversores se topan ahora con una oferta mucho menos atractiva y en la quelas letras no tenían, hasta este martes, prácticamente nada que ofrecer. Pero este martes la deuda del Estado recobró protagonismo.
La subasta de letras a 6 y 12 meses se encareció fuertemente para el Tesoro, que este año no había pagado un precio tan elevado por ninguna de estas referencias. El organismo encargado de emitir la deuda soberana afrontó un rendimiento medio del 0,249% por los títulos a 12 meses, frente al 0,015% que desembolsó el mes anterior. El repunte significa mayores costes para las arcas públicas, pero, al mismo tiempo, implica rentabilidades algo más interesantes para el bolsillo de los ahorradores.
Las letras a un año no ofrecían un interés tan alto en una emisión desde el pasado diciembre. Aunque el salto es más significativo si se compara con la rentabilidad que está pagando el que tradicionalmente ha sido el producto estrella para atraer al dinero conservador: el depósito. La brecha entre ambos no era tan pequeña desde septiembre de 2012.
Ahora la diferencia a favor de los depósitos se reduce a 18 puntos básicos -0,18 puntos porcentuales-, mientras que hace aproximadamente un año la banca ofrecía casi 100 puntos básicos -1 punto porcentual- más. Vuelve así la rivalidad entre ambos productos, aunque un ahorrador ya no pueda encontrar los intereses de antaño.
No hay que olvidar que las letras del Tesoro a 12 meses llegaron a pagar más de un 5%, alcanzando niveles récord en 2012, por encima incluso de los depósitos de la banca, que luchaban entonces con tipos superiores al 2%.
A medida que la crisis de deuda en la periferia se fue disolviendo, las letras pasaron a un plano más secundario de manera que desde septiembre de 2012 los depósitos ofrecen una prima frente a la deuda pública. Todo pese a que las entidades financieras tampoco han dejado de recortar los tipos con los que remuneran los plazos fijos. Los depósitos a 12 meses comercializados en España ofrecen de media un 0,43%; un año atrás, la cifra aún rondaba el 1,25%.
Se acaban los tipos negativos
En los últimos meses, se ha interrumpido la racha de financiación cada vez más barata. Los bajos tipos históricos no se repiten en las subastas, porque los inversores vuelven a exigir mayores rentabilidades. En el nuevo escenario, y con la incertidumbre sobre Grecia como telón de fondo, se antoja complicado que España coloque deuda pública a tipos negativos como llegó a suceder. Este martes el Tesoro vendió las letras a 6 meses a una rentabilidad media del 0,126%, rompiendo con las dos últimas emisiones consecutivas en las que consiguió intereses negativos.
No solo la prima de riesgo española ha aumentado en las últimas semanas por la subida en los tipos de la deuda a largo plazo. Las ventas también han llegado a los tramos cortos en los últimos días. En el mercado secundario, donde cotizan los títulos tras ser emitidos, la rentabilidad de los bonos a 2 años -se toman como referencia para el corto plazo- ha escalado desde el 0,058 hasta el 0,474% desde la última subasta de letras del Tesoro a 6 y 12 meses.
El organismo acudirá de nuevo este jueves al mercado para vender deuda a 3, 5 y 10 años con la que pretende captar hasta 3.500 millones de euros. Esta cantidad se sumará a los 79.400 millones que ya ha conseguido a largo plazo este año, un 55,9% de su objetivo. Con la subasta de este martes, logró 4.015 millones a corto plazo pese a asumir mayores costes.