El año 2015 está resultando de lo más movido para Indra. A finales del mes de enero Fernando Abril-Martorell fue elegido nuevo presidente, relevando a Javier Monzón, que había estado al frente de la compañía 22 años. Además, a finales de enero Telefónica desembarcó en la firma, de la que ya controla el 3,16%, algo que fue bien recibido por el mercado y que supuso que la compañía se revalorizase un 19% en el día.
Desde ese momento, la firma sube un 22,4% y llegó a hacerlo un 50, pero su consejo no ha mejorado. Indra forma parte del Eco10, pero tendrá difícil revalidar su posición teniendo en cuenta que desde su entrada ha caído un 6,7% y su recomendación es de venta.
La pasada semana presentó sus resultados y a la compañía le llovieron los golpes. Después de cosechar pérdidas de 20 millones, anunció la suspensión del dividendo con cargo a 2014 -que al haber cosechado pérdidas se habría realizado con cargo a reservas-. Esto hizo que sus títulos cediesen un 7,2% en solo una sesión. En cualquier caso, desde Sabadell aseguran entender que se haya cancelado el dividendo. "Tras estos resultados, con incremento de deuda y debilidad de márgenes y de generación de caja, entendemos que se cancele [el pago del dividendo]", señalan.
Desconfianza
Los analistas llevan mucho tiempo sin confiar en la compañía, y desde 2010 no logra desprenderse de su recomendación de venta de forma constante. En este contexto, en lo que va de año se han deteriorado sensiblemente las previsiones de ganancias para los próximos años. Los analistas esperan que la compañía gane, entre 2015 y 2017, 350 millones de euros, cuando al empezar el año las estimaciones apuntaban beneficios de 436 millones.
Uno de los problemas a los que se enfrenta es su bajo margen. En 2005, éste llegó al 8,5%, y ahora las previsiones apuntan a que una década después no llegará al 3%. Según explican desde Berenberg, "la rentabilidad del grupo está afectada negativamente por la evolución del mix de la facturación, con una caída de la proporción del negocio que ofrece un margen mayor (soluciones) y una mayor dependencia en el mercado doméstico, que continúa experimentando presión en los precios". Mientras, desde JP Morgan señalan que la presión de los precios en España, las condiciones del mercado y la estructura del negocio en Latinoamérica "podría significar que la compañía tendrá problemas para recuperar algún día los márgenes de doble dígito vistos antes de 2012".
Otro de los retos que tiene por delante es reducir su endeudamiento: mientras los expertos esperan que la ratio deuda/ebitda de la compañía se quede en las 2,7 veces, muchas de sus comparables tienen caja. Los analistas prevén que Cap Gemini cierre 2015 con 1.601 millones en tesorería y que las reservas de Atos alcancen los 723 millones.
Así, los expertos esperan que Abril-Martorell logre dar un giro al negocio. En este sentido, desde Jefferies aseguran que la dirección "todavía tiene que desvelar un plan de transformación creíble". Mientras, desde Berenberg señalan que el hecho de que se haya cambiado la estructura de remuneración de la directiva -que ahora incluye un mayor peso de la parte variable- "es un primer paso positivo hacía una mejora del rendimiento operativo de la compañía a largo plazo" y en JP Morgan señalan que "la compañía podría afrontar más costes de reestructuración, recortes en el dividendo y otras incertidumbres".
Por PER (veces que el precio de la acción recoge el beneficio), Indra cotiza con un descuento del 20% frente a su media histórica, al situarse en las 14,6 veces, siempre que se cumplan las estimaciones de beneficio. Precisamente, en JPMorgan evalúan a la firma con una rebaja del 20% frente a sus competidoras y lo hacen "por el mayor nivel de incertidumbre sobre su capacidad para elevar los márgenes y por el riesgo potencial de mayores reestructuraciones".