Bolsa, mercados y cotizaciones

Los bonos de la eurozona acumulan ya un 6% de caída desde los máximos del año

  • Las pérdidas que están provocando superan ya los 400.000 millones de euros

El proceso de venta está siendo demasiado fuerte como para jugar a ser un héroe. Las apuestas por una corrección de las rentabilidades de la deuda están de más en un contexto tan volátil. Así opina el equipo de análisis de Commerzbank mientras ve cómo los bonos siguen cayendo en precio y disparándose en las rentabilidades. Ni siquiera el Banco Central Europeo (BCE) está consiguiendo salvar a la renta fija de esta caída con sus compras millonarias, poco puede hacer un inversor particular.

El Bund alemán a 10 años marcó este martes nuevos máximos del año de rentabilidad, después de cerrar la sesión en el 0,675%. Es su nivel más alto desde el pasado mes de diciembre, lo que ha provocado unas pérdidas para los inversores que alcanzan el 5,57% en apenas tres semanas. Pero no es el único en rojo, este martes todos los bonos de la eurozona sufrieron ventas, que fueron más acusadas en los países centroeuropeos.

Todos ellos, desde Francia hasta Austria, Bélgica o Países Bajos, cotizan con las rentabilidades más altas del año. De media, los bonos más líquidos de los países de la eurozona pierden un 6%, una caída que está por ver si los inversores consiguen salvar en el resto del año. El comportamiento de los periféricos en la última semana no ha sido tan negativo, de hecho, todavía no han vuelto a los máximos de rentabilidad que marcaron la semana pasada. 

Pero las pérdidas no se limitan a la eurozona: la rentabilidad del Gilt británico alcanzó este martes el 1,95%, su nivel más alto desde el 5 de diciembre, y el T. Note estadounidense escaló el lunes hasta el 2,3%, nivel no visto en 5 meses. Este movimiento de venta de títulos de renta fija está dominando el mundo entero, aunque es cierto que está siendo más pronunciado en Europa. Según los cálculos de Bloomberg, las pérdidas que han provocado los bonos mundiales superan ya los 400.000 millones de euros.

Las pérdidas están golpeando a todos los inversores en renta fija, pero la situación es más complicada para el minorista que tuviese una participación en un fondo de deuda como inversión conservadora. La realidad es que la inversión en bonos en 2015 es una de las que más riesgo conlleva. Sólo un 5% de los fondos de renta fija gubernamental de la eurozona se mantiene en positivo en el acumulado de los tres últimos meses, todos los demás ya están en negativo. En algunos casos, las pérdidas empiezan a ser alarmantes, que alcanzan, e incluso superan, el 4%. 

Muchos expertos han especulado con que Grecia o Reino Unido están en el origen de esta corrección, pero el pueblo británico otorgó la mayoría absoluta a Cameron y Grecia pagó este martes un vencimiento de 750 millones de euros al FMI aunque la tensión sigue apretando al mercado.

Nada puede salir mal 

Una de las opiniones mayoritarias entre los grandes inversores y expertos de renta fija era que nada podía salir mal mientras contasen con el apoyo del BCE. "Creo que nos ha pillado a todos con el pie cambiado", reconoce José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. "Nos ha pillado a todos un poco en fuera de juego", indica Gonzalo Ramírez de Celaya, director de Renta Fija de Tressis.

Los inversores creían que el giro del mercado, cuando se produjese, sería como el que vivió EEUU cuando empezó a valorar la retirada de los estímulos (en abril de 2013), más corto y suave, pero la reacción ha sido mucho mayor.

¿Qué ha pasado? Es sencillo: los inversores estaban muy comprados. Casi no quedaba dinero fuera de la renta fija, y cuando llegó la corrección, se produjeron fuertes caídas con poco volumen negociado. Desde JPMorgan apuntan a otro factor clave, provocado por la gestión conocida como valor en riesgo (VaR, por sus siglas en inglés). Bajo este sistema, los gestores toman posiciones largas en el mercado cuando la volatilidad es baja y se ponen cortos cuando sube. 

Los años de baja volatilidad generada por las políticas expansivas del BCE provocaron que muchos gestores se pusieran muy largos y que, en el momento en el que comenzó a subir la volatilidad, cambiaran de estrategia y abrieran cortos. "Esta volatilidad inducida por la retirada de inversiones se retroalimenta hasta que las rentabilidades se vuelven atractivas para otro perfil de inversores, como fondos de pensiones, aseguradoras y familias", explica el equipo de JPMorgan. Es así como nacen los "shocks del VaR", que generan un círculo vicioso que deprecia los activos de forma más rápida y profunda.

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