
El Banco Central Europeo (BCE) ha entrado como un elefante en una cacharrería. El inicio de las compras de deuda de la entidad ha provocado muchos cambios en la rentabilidad de los bonos soberanos. En la semana y media que lleva de compras ha aplanado con fuerza la curva de rentabilidades de la gran mayoría de los países del euro. Un escenario que podría ser la tónica en el próximo año mientras la entidad siga inyectando miles de millones de euros al mercado de deuda cada día.
Uno de los efectos más claros que ha provocado es la reducción de la prima temporal. Esto es, el extra de rentabilidad que ofrecen los bonos con vencimiento a más largo plazo, sobre los tramos más cortos. En un escenario normalizado, el retorno que ofrecen los activos de largo plazo es mayor porque los riesgos se incrementan cuanto más amplio sea el plazo de recuperación del principal. Sin embargo, la situación actual está lejos de ser la normal, ya que la curva de los países está muy aplanada. Esto significa que la prima que ofrecen los tramos largos se está eliminando.
El BCE está interviniendo en la parte larga de la curva, justo donde los inversores son reacios a vender y hay menos liquidez. En el caso español, el diferencial del bono a 30 años sobre el 5 años es apenas de 137 puntos básicos, una distancia tan estrecha que no había vuelto a verse desde el verano de 2012. Ese fue también un escenario atípico, ya que fueron los peores meses de crisis del euro hasta que el presidente del BCE, Mario Draghi, pronunció su frase célebre: "Haré lo que sea necesario para salvar al euro y, créanme, será suficiente".
Todos los tramos cortos, hasta el 7 años, han elevado su rentabilidad desde que la institución empezara las compras de su QE, y el resto, han descendido con fuerza. La rentabilidad del bono a 30 años ha caído en 30 puntos básicos en este periodo. Este escenario indica unos mejores costes de financiación a largo plazo para los países y también para las grandes empresas. El objetivo final del BCE es que estos menores costes de la deuda acaben llegando a las pymes y los hogares. Benoît C?uré, miembro del Comité Ejecutivo de la entidad, explicó el miércoles que la vida media de los bonos que ha comprado la institución hasta la fecha es de 8 años. "Es una duración larga, lo que ha aplanado las curvas", indicó. Este aplanamiento es uno de los "grandes retos" para el mercado que generan el BCE, explican desde Citi.
¿Falta 'papel'?
Algunos analistas empiezan a temer que el BCE encuentre una falta de papel en el mercado de deuda soberana. Muchos inversores están aguantando sus títulos para que las rentabilidades caigan más antes de venderlos, lo que reduce más los volúmenes de negociación, mientras los intereses siguen cayendo. "Creo que la curva puede aplanarse más, pero no hasta el punto de que se elimine la prima de riesgo temporal", explica Thant Han, gestor del equipo de renta fija de Standish, parte de BNY Mellon IM.
El bono vuelve a tocar su nivel previo al 'QE'
El bono español a 10 años vivió el miércoles una jornada en la que los máximos y mínimos de rentabilidad se separaron por 16 puntos básicos, una situación extraordinaria que indica una intensa actividad de muchos actores en el mercado. El título español llegó hasta el 1,36%, su nivel más alto desde antes que el BCE empezara su programa de compras.