Bolsa, mercados y cotizaciones

España e Italia se financian más barato que cuatro 'triple A'

  • Pagan un interés más bajo que Canadá, Noruega, Singapur y Australia

Uno de los objetivos prioritarios del Banco Central Europeo (BCE) era rebajar el coste de la deuda de todos los sectores de la economía de la región con el objetivo de reducir la fragmentación entre países y fomentar el crédito. En el segmento de la deuda soberana lo ha conseguido, ahora queda por ver si ocurre lo mismo en el coste de la financiación de la economía real.

Tanto lo ha conseguido que todos los grandes países de la eurozona (con excepción de Grecia) tienen la rentabilidad de sus bonos por debajo de algunos países triple A. Esto es, para estos estados es más barato financiarse que para otros cuya deuda es de máxima calidad para las agencias de rating.

Actualmente quedan nueve países que reciben la matrícula de honor de las tres grandes calificadoras: Moody's, Standard & Poor's y Fitch, de los cuales, dos están dentro de la eurozona: Alemania y Luxemburgo. De los que están fuera de la moneda común, Canadá, Noruega, Singapur y Australia tienen una rentabilidad en sus bonos a 10 años superior a la que paga España, Italia e Irlanda. Son datos en el mercado secundario, ya que en el caso de Singapur, hace meses que no emite en mercado, por lo que las cifras no son comparables.

"Situación artificial"

El BCE ha conseguido crear una "situación artificial de tipos de interés históricamente bajos", como explica Thant Han, gestor del equipo de renta fija de Standish, parte de BNY Mellon IM. La situación es tan extraordinaria que Portugal, uno de los países más castigados por la crisis de deuda, paga una rentabilidad nominal inferior a Australia y Singapur, los dos países triple A con los bonos más altos. En concreto, mientras el 10 años luso ofrece un 1,6%, el australiano paga un 2,44 y el singapurense, un 2,48%.

Esta situación también se produce en el mercado primario, lo que significa que la mejor situación en el secundario, provocada por las compras del BCE, también se traslada a los costes de financiación que tienen que soportar los países. En el caso de España, la semana pasada consiguió un nuevo récord en sus emisión a 10 años: el Tesoro culminó la subasta con un tipo medio del 1,03%, menos de la mitad del interés nominal que tuvo que pagar Australia en su última emisión a este plazo: del 2,59%. También se financia más barato que Canadá, que pagó un 1,53% en su última emisión y de Noruega, con un 1,59%.

España también subastó ayer letras a 3 y 9 meses, marcando un nuevo mínimo histórico en el tramo más largo: pagó un 0,053%. El tramo corto se mantuvo en el cero, en concreto, 0,01%. Además, la demanda del mercado volvió a sobrepasar a la oferta, esta vez fue 3,3 veces superior a los 2.511 millones de euros subastados.

Rentabilidades reales

Lo que ha conseguido el BCE es la auténtica tabla de salvación del euro, sin embargo, las rentabilidades nominales que están pagando los bonos se distorsionan si no se valora la inflación. Al transformar las rentabilidades nominales en reales, esto es, descontando el impacto de la inflación, el inversor puede ver las ganancias verdaderas, en términos de poder adquisitivo.

En este caso, la situación de la eurozona ya no es tan extraordinaria, ya que con la inflación en negativo en muchos países, tendrán que hacer un esfuerzo mayor en euros constantes para pagar cada cupón. Si se tienen en cuenta rentabilidades reales, España es el país de la eurozona que tiene un bono más caro, con un retorno del 2,25%, por encima del portugués, que está en el 1,84%, o el italiano, en el 1,37%. En términos reales, los países triple A sí encabezan esta clasificación: la deuda a una década de Austria, Noruega y Dinamarca paga, respectivamente, un -1,93, -0,3 y 0,16%.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky