La producción del yacimiento Cantarell, el tercero más grande del mundo y situado en el Golfo de México, está creciendo a su ritmo más lento en 12 años. Según recoge Bloomberg, la falta de inversión de Pemex, el grupo estatal mexicano que controla el pozo, está impidiendo que los depósitos sean explotados al cien por cien o que hallen otros nuevos.
Como consecuencia, la producción de crudo en el Golfo de México cayó en abril un 34% con respecto al mismo mes del año anterior, lo que supone el mayor descenso desde 1995, cuando el huracán Roxanne impidió la extracción de crudo durante una semana.
Este desperdicio derivado de la insuficiente actividad de Pemex le supone a la petrolera mexicana dejar de ingresar unos 20.000 millones de dólares al año, teniendo en cuenta que el oro negro está viviendo en los últimos meses la mayor escalada de precios de su historia.
Medidas de ataque
Además, la menor producción está repercutiendo en sus exportaciones a Estados Unidos, país que adquiere el 80% del petróleo que México vende fuera de sus fronteras. En mayo, las ventas a EEUU se redujeron hasta 1,07 millones de barriles al día, el nivel más bajo en trece años. De hecho, este año podrían tener que limitar las exportaciones, con el objetivo de cubrir la demanda interna, según informó recientemente la ministra de Energía, Georgina Kessel.
Por este motivo, el presidente mexicano Felipe Calderón está promoviendo una reforma en el Congreso con la que pretende abrir la empresa estatal al capital privado, que pondrá sus propios medios para impulsar la exploración y explotación de crudo en aguas profundas de la zona.
El proyecto de Calderón, que se ha topado con una fuerte oposición política y popular, mantendría para México la propiedad del crudo extraído. Con esta iniciativa, el presidente mexicano busca obtener una financiación de 20.000 millones de dólares en la exploración, por encima del presupuesto de 15.000 millones para 2008.