Una lectura de la prensa alemana sugiere que la canciller Angela Merkel está tranquila con la idea de que Grecia abandone el euro. Der Spiegel dice que el gobierno lo considera una salida manejable; Bild informa que los funcionarios están preparándose para esa posibilidad. Michael Fuchs, líder parlamentario de la CDU, mantiene que Grecia ya no es una amenaza para la estabilidad financiera.
Todo eso es en su mayor parte una postura para un electorado cansado de la ayuda y la angustia que ha demandado Grecia desde 2010. En realidad, Alemania no tiene ningún interés en correr el riesgo de la disolución de la moneda única que traería aparejada una salida de Grecia.
Esto se debe a que el statu quo es una bendición para Alemania económica y políticamente. De hecho, la economía más grande de Europa se beneficia más que sus colegas miembros del euro con la moneda única. Si bien la salida griega por sí sola probablemente no acabaría con el euro, el riesgo sería un contagio a través de los mercados financieros del bloque que obligara a otros a irse.
El desastre de volver al marco alemán
Si volviera el marco alemán, los exportadores alemanes, que representan la mitad del producto interior bruto, se volverían mucho menos competitivos y el apreciado superávit de cuenta corriente de Merkel se contraería. La inflación se debilitaría aún más.
Boris Schlossberg de BK Asset Management en Nueva York calcula que un marco alemán se negociaría en este momento a 1,5 dólares, un 25% más que el nivel actual del euro.
Un informe de 2013 de la Fundación Bertelsmann estimó que sin el euro, el PIB alemán sería 0,5 puntos porcentuales anuales más bajo hasta 2025 ?equivalente a una pérdida de 1,2 billones de euros hasta 2025, 14.000 euros por ciudadano- y costaría 200.000 empleos.
Jugar con fuego
Un estudio de McKinsey realizado en 2011 estimó que de los 332.000 millones de euros que la moneda única contribuyó a generar para la economía de la región en 2010, aproximadamente la mitad fue para Alemania. Estas cifras hacen parecer pequeños los 77.000 millones de euros que el instituto económico Ifo calcula que aportó Alemania al rescate de Grecia.
También en el ámbito geopolítico Alemania vería desdibujada su estrella. El ex secretario del Tesoro estadounidense, Timothy F. Geithner, identificó el año pasado al ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, como la persona de confianza para Estados Unidos durante la crisis de Europa. El presidente ruso Vladimir Putin se alegraría, asimismo, de que hubiera más tensiones en el continente.
"Europa no puede permitirse una salida griega", dijo esta semana en una entrevista Joachim Poss, vice-representante de finanzas del Partido Socialdemócrata en el parlamento alemán. Las insinuaciones de los aliados de Merkel de que el bloque de 19 países podría afrontar la salida de Grecia equivalen a "jugar con fuego", dijo.