Los trabajadores de Cepsa son los que tienen el producto de jubilación que más sube, un 13%, mientras los de Caixa Catalunya e Ibercaja avanzan en el mismo periodo un 3,6 y un 4%, respectivamente.
Los planes de empleo son el tercer pilar del sistema de pensiones -además del sistema público y los planes privados-, y se convierten en una opción fundamental para el inversor, ante la dudable sostenibilidad del sistema público de pensiones. Los 1.236 planes de empleo que recoge Inverco -es decir, los que las empresas y sindicatos ponen a disposición de sus trabajadores- suben, de media, en los últimos 12 meses, un 8,63%, por debajo del 10% que rentaban en el mismo plazo hace un año. En ello ha tenido mucho que ver la fuerte presencia de la renta fija en sus carteras. Entre los 25 mayores productos que recoge Inverco, los más rentables son los de empleados del Grupo Cepsa, que comercializa el Santander (sube un 13,6%), los de empleados de la Comunidad Autónoma de Aragón, que gestiona Ibercaja (11%) y los de trabajadores de Popular (10,7%).
No obstante, los dos millones de partícipes que disfrutan de un plan de empresa previsiblemente verán deslucidos sus retornos de aquí en adelante, sobre todo, porque de media invierten un 60% de su cartera en renta fija. Y ésta no solo ha perdido atractivo en un entorno de tipos de interés deprimidos, sino que ya está dando rentabilidades negativas a corto plazo. Por eso, no es de extrañar que los expertos adviertan que el contexto va a obligar ahora más que nunca a una gestión activa en renta fija e incluso a elevar su peso a renta variable, sin descuidar el nivel de riesgo. De hecho, en el Observatorio realizado por elEconomista-Sabadell bajo el título "Cómo afrontar el reto de unos tipos históricamente bajos", la conclusión fue que para obtener una rentabilidad del 1% en 2015 el inversor tendrá que asumir posibles pérdidas del 2%.
Unos pocos no ganan al IPC
Sin embargo, si hay algo en lo que coinciden los expertos es que estos productos deben analizarse a largo plazo, ya que no hay que olvidar que son planes pensados para un horizonte de inversión amplio que suele alcanzar toda la vida laboral.
Si nos fijamos en las rentabilidades a cinco años, el plan de los empleados de La Caixa es el más rentable: ha subido un 7,39% anual en los últimos cinco ejercicios. Mientras que el de los empleados de Caixa Calalunya apenas ha avanzado un nimio 1,69% en el mismo periodo. En los últimos diez años, el plan que más ha subido es el de los empleados de Endesa, un 6,03%. Seguido del de Banco Sabadell (5,49%); el de los empleados públicos de la Comunidad Autónoma de Aragón (5,32%); el de Repsol (5,31%) y el de los empleados de Gas Natural Fenosa (5,15%).
No obstante, si miramos las rentabilidades del resto de productos y no sólo de los grandes, a un plazo de diez años hay algunos que ni siquiera cumplen con el que debería ser el objetivo de cualquier plan de pensiones: que el ahorrador no pierda poder adquisitivo. De los 734 productos que se comercializan en España desde hace una década, 133 no consiguen batir a la inflación, esto es, un 18%. De hecho, hay uno que incluso cae un 5,3% en este periodo. Se trata del fondo FCG-02 que comercializa el Grupo Cáser. Claro que tiene solo 6 partícipes (cuatro beneficiarios) y un patrimonio de 1.000 euros.
Una opción que pide impulsos
Desde el sector siempre se ha defendido la figura de los planes de empleo como el tercer pilar. Y lo cierto es que la necesidad de complementar la cada vez más menguada pensión pública con el ahorro privado para la jubilación (bien sea un plan de pensiones privado o un plan de empresa) es cada vez más evidente. Sobre todo, en un país en el que la tasa de sustitución del 74% absorbida íntegramente por el sistema público, según los últimos datos de Inverco, y con el envejecimiento de la población la hucha de las pensiones está cada vez más vacía. Además, el ahorro privado que los españoles tienen en pensiones, según los datos del Banco de España supone solo, entre planes de pensiones y seguros, el 15% del ahorro financiero de las familias.
Pero, además, del evidente problema generacional, desde el sector señalan a otros factores. En este sentido, creen que la última reforma fiscal del Gobierno "se ha quedado corta". Y esperan que haya más medidas encaminadas a incentivar la previsión social complementaria -ver entrevista de la página 32-. Una opinión que los datos corroboran: las aportaciones a este tipo de productos cayeron un 14% en 2013 y el número de productos se ha reducido en un 3% en el último ejercicio, según los datos de VDOS Stochastics.
