Europa y EEUU siguen sumergidos en un escenario de bajos tipos de interés y muchos ahorradores e inversores empiezan a ser conscientes de que la rentabilidad que le ofrece su depósito o el rendimiento que conseguía con una letra del Tesoro ya no son los mismos. De hecho, las imposiciones a plazo y la renta fija se han convertido en los grandes damnificados de este contexto. Pero las oporturnidades no se han acabado.
En el Observatorio organizado por elEconomista y Banco Sabadell sobre "Cómo afrontar el reto de unos tipos históricamente bajos", los expertos ofrecen las claves para moverse en este entorno. Una gestión activa para llegar a productos más complejos o un mayor horizonte temporal serán cuestiones fundamentales a partir de ahora. Sin olvidar que para buscar rentabilidad hay que contemplar un escenario de pérdidas.
Ese es el primer punto. Antes de invertir en un contexto como el actual hay que poner límites. ¿Qué estoy dispuesto a perder? "El ejercicio de explicar el riesgo que tiene un producto por cómo se ha comportado en el pasado no es suficiente. Hay que hacerle ver al cliente cuál es tu percepción como asesor de qué puede llegar a hacer en determinados entornos de mercado y cuál es la pérdida que puede asumir aunque el producto se haya comportado bien antes", considera Ángel Olea, director de inversiones de Abante.
Una vez aclarado esto, a partir de aquí hablemos de expectativas de ganancias para la renta fija . "El objetivo de rentabilidad con una pérdida asumible del 2 por ciento, que parece razonable dentro de un entorno conservador, ahora sería de en torno a 0,7-1 por ciento", señala Nuria Trio, directora general adjunta de Amundi. ¿Solo un 1 por ciento? Mauro Loran, director para Iberia y Latinoamérica de IGNIS Asset Management, del grupo Standard Life, explica que "una rentabilidad real del 1 por ciento es mágnifica, pero hay que verla en términos reales [frente a la inflación] y no nominales".
La necesidad de ir más allá
Hay otra alternativa para un inversor conservador, con un perfil en el que solo le encaja la renta fija y no piensa en bolsa, que quiera alcanzar un plus de interés. "Para construir una cartera con la que obtener rentabilidad deberá diversificar", advierte Nuria Trio. Esa es otra de las recomendaciones de los expertos, sobre todo que el inversor de renta fija no se quede en los bonos gubernamentales y corporativos, sino que contemple un universo mucho más amplio porque esos activos ya no ofrecen los altos rendimientos pasados.
"En renta fija hay muchas clases de activos, lo que pasa es que no todas son accesibles al inversor particular porque son mercados complejos que exigen grandes volúmenes. Aquí entran desde ABS hasta emisiones de capital flotante, high yield o deuda emergente. Todos estos activos ofrecen una rentabilidad interesante pero requieren una gestión profesional. La diferencia de rentabilidad estará en la capacidad del gestor para seleccionar", señala Jaime Rodríguez, director general para Iberia y Latinoamérica de ING Investment Management.
El experto apunta hacia otra de las claves: la importancia que cobra ahora la gestión activa. Sobre todo para la renta fija , donde construir una cartera es más complejo. Tanto que además de perseguir rentabilidad, los gestores deberán personalizar mucho más sus recomendaciones para cada inversor.
Así lo explica Encarnación Ramos, senior sales de Deutsche Asset & Wealth Management: "Tenemos que ayudarles [a los inversores] a seleccionar aquellos productos que tengan una calidad de gestión importante y buscar el horizonte temporal adecuado para cada inversor. La selección va a ser más específica para cada cliente".
Valorar el horizonte temporal
La experta incide en la importancia de valorar el horizonte temporal. "El inversor ha estado buscando rentabilidad a corto plazo porque era suficiente pero si ahora quiere encontrar algo de rentabilidad tendrá que mirar más a largo plazo, algo a lo que no está acostumbrado el inversor español", indica Encarnación Ramos.
Algo que comparten otros de los presentes en el Observatorio. "Si se quiere obtener más interés, el horizonte de inversión tiene que ser más lejano. Tiene que alcanzar al menos los 24-36 meses. A partir de aquí sí se podrá hablar de cifras más altas", opina Mauro Loran. Pero ya no sólo en renta fija . De lo que desde luego deben olvidarse los ahorradores es de que en solo un año podrán conseguir rendimientos del 2 por ciento con un depósito como estaban pagando a principios de año los bancos españoles. Y, aunque este producto sigue concentrando la mayor parte del ahorro español, la salida en busca de mayores intereses se ha acentuado en el último año a la espera de que esta tendencia siga a la baja.
Lo confirma Johan Svensson, director de relaciones con inversores de Banco Sabadell: "Vemos unos flujos muy importantes saliendo de depósitos para entrar en productos de inversión. Claramente hemos visto un trasvase de ahorros hacia fondos de renta variable, mixtos y garantizados en busca de rendimiento. En Banco Sabadell, este año hemos tenido un crecimiento anualizado del 50 por ciento de todo lo que son fondos bajo gestión".
La renta variable como opción
Para una parte de los inversores el dividendo sería una alternativa a la que agarrarse los próximos años como fórmula para lograr algo de rentabilidad. Esto es, utilizar la renta variable como otra opción para generar rentas periódicas en un entorno con tipos de interés deprimidos. "El mundo de renta fija y renta variable se está acercando. El trabajo del analista de crédito y el analista de renta variable tiene muchas cosas en común", opina Johan Svensson, que asegura que cuando ven a inversores por el mundo, "muchas veces se sienta el inversor de renta variable al lado del de renta fija . Sobre todo para la banca, donde hay instrumentos híbridos".
Pero ojo, en ese sentido, los expertos insisten en que el cliente debe comprender que con esta inversión está asumiendo más riesgo. "Dependerá del perfil de riesgo del cliente, pero no hay que olvidar que estamos hablando de renta variable. Sería una opción siempre y cuando el inversor entienda el riesgo que está asumiendo y tenga un horizonte adecuado de inversión", sugiere Encarnación Ramos. Un problema que prácticamente comparten todos los ponentes en el Observatorio, que entienden que el mayor riesgo que existe es que el cliente conservador intente sustituir una renta de un depósito que ya no se le paga -de hecho, el interés de éstos tiende a cero- con el dividendo de compañías, y no entienda el riesgo que esto implica. "El peligro es que no sea consciente de que su capital se puede mover o no, o pueda también decrecer", advierte Nuria Trio. Algo que están intentando paliar desde Amundi: "Estamos enviando cartas semanales para explicar a los clientes qué hacemos en las carteras, algo que antes no hacíamos", insiste. En cualquier caso, continúa esta experta, "hay gente que necesita esas rentas y obviamente hoy por hoy, con los tipos de interés donde están, esa rentabilidad por dividendo que dan algunas compañías es muy legítima y muy interesante para esto".
Pero no solo hay que tener en cuenta esta clase de activo por los dividendos que pagan sus compañías, sino también por el buen comportamiento de las acciones. "La renta variable tiene mucho sentido en estos momentos. Es un complemento muy importante ahora mismo para muchas carteras, para las más conservadoras no pero para el resto sí", explica Ángel Olea.
Aunque hay que tener en cuenta que sea un pago sostenible: "No solo miramos que el dividendo sea elevado o no, sino si la compañía es capaz de mantener ese dividendo por un tiempo prolongado. Fijarse únicamente en el nivel absoluto de dividendo es lo que lleva a una decisión no acertada", asegura Ramos.
Fondos de inversión
Una buena estrategia para lograr una mayor diversificación son los fondos de inversión. En este sentido, este año un producto muy aceptado es el fondo mixto de renta fija . Para Mauro Lora, hablar de mixto es de "una generación pasada", ya que la definición de estos productos está muy difuminada. Jaime Rodríguez intenta profundizar aún más: "El primer paso serían mixtos, pero el más interesante serían los mixtos flexibles o multiactivos. El objetivo de éstos es ser más flexibles a la hora de decidir en qué activos invertir en cada momento, y no estar encorsetados en ese 70-30 por ciento", sugiere.
En cualquier caso, "no se trata solo de buscar dividendo con un subayecente de renta variable, también se puede buscar con un subyacente high yield", comenta Trio.
El debate se mueve en torno a fondos de inversión de acumulación o de reparto. En opinión de Encarnación Ramos, "es más marketiniano que para el cliente. Él decide cuándo quiere materializar sus plusvalías, aunque fiscalmente es más eficiente que el cliente decida cuándo reembolsar a que nosotros distribuyamos periódicamente", asegura. No hay acuerdo en este punto y Mauro Loran opina que esto "estresa más al inversor".