
Una de las consecuencias de la política no convencional que hasta ahora ha aplicado la Fed ha sido la apreciación del euro contra el dólar -registró ascensos cercanos al 11% contra el dólar en las semanas posteriores a los primeros anuncios de estímulos de la Fed-, pero ¿qué implicaría la llegada de un QE a la europea?
Quantitative Easing Policy: "Dícese de la política no convencional que ha llevado a cabo recientemente la Reserva Federal -Banco Central estadounidense- de adquirir grandes cantidades de títulos a largo plazo, incluyendo los bonos del Tesoro, bonos de agencias -los emitidos por una agencia del gobierno pero que no están garantizados plenamente en la misma forma que los emitidos por el Tesoro de EEUU y los bonos municipales- y los bonos respaldados por hipotecas".
Esta es una aproximación a la definición que desde el NBER (National Bureau of Economic Research) dan a la política monetaria de la Fed en los últimos años y cuyo inicio se remonta a finales de 2008. Concretamente a la segunda quincena del mes de noviembre de dicho año.
De esta fecha data el inicio del primer QE de la institución que en aquel instante presidía Ben Bernanke, aunque no haya unanimidad en su selección -algunos expertos sitúan este hito en marzo de 2009-. Desde este mes, y hasta finales de 2009 -éste es el espacio de tiempo que se le achaca a la primera ronda de estímulos-, se llevó a cabo la compra de cerca de 300.000 millones de dólares en bonos del tesoro, 175.000 millones en bonos de agencias y 1,25 billones de dólares en bonos y activos respaldados por hipotecas.
Una política que ha traído, entre otras muchas consecuencias, una considerable apreciación del euro contra el dólar. Sobre todo en las fechas posteriores a los anuncios de compras de activos -ver gráfico-. En los días señalados, como cuando empezó a comprar deuda privada en noviembre de 2008, o cuando empezó a adquirir deuda pública en marzo de 2009, el cruce entre el euro y el billete verde registró un avance del 15% y del 8%, respectivamente.

"El dólar estadounidense se depreció en un promedio de 40 puntos básicos en los 60 minutos posteriores a los anuncios de la Fed", afirman desde HSBC. "El efecto fue persistente: 50 puntos básicos después de que transcurriera un día" concluyen desde la misma casa de análisis.
Una evolución a la que ahora la divisa comunitaria mira de reojo. Cada vez son más las voces que hablan de un posible QE a la europea -Draghi parece seguir cada uno de los pasos dados por Bernanke en su momento- que, atendiendo a los precedentes sembrados por el billete verde, podría traer consigo una caída adicional para el euro del 9% de media.
"Aunque se trate de una medida extrema, que el principal motor de la economía europea (Alemania) haya presentado signos de ralentización, elimina discrepancias en el seno de la Unión Europea a este respecto", señala José Luis Martínez Campuzano tras la publicación este martes del mal dato de producción industrial en el país germano, que retrocedió un 4% en agosto frente al 1,5 que esperaba el mercado
Se trata de una "medida extrema, por lo que la cotización de la moneda única podría verse afectada tras la adopción de un QE a la europea", afirma el estratega de Citi en España. Sin embargo este experto fija en las inmediaciones de los 1,24/1,23 enteros los niveles a los que podría ir la divisa, es decir, una caída cercana al 3% desde cotas actuales.
Y es que, tal y como afirma Campuzano, "ya se está produciendo este deterioro en 2014. No hay que olvidar el descuento con el cotiza ya el euro frente al dólar", que en lo que va de año ya se ha dejado cerca de un 8%.
No obstante, este comportamiento no es algo aislado. En las primeras rondas de estímulos llevadas a cabo por los bancos centrales de otros países también se ha producido esta depreciación de la divisa local frente al euro.
Ocurrió en marzo de 2001 con el yen, cuando el Banco de Japón decidió poner en marcha su primer programa de compra de activos y la moneda única se apreció casi un 6 por ciento frente a la divisa nipona. Y se repitió en marzo de 2009 en Reino Unido, cuando el euro subió frente la libra. A pesar de todo, esta tendencia no se ha repetido cuando la Fed ha decidido poner en práctica un segundo o tercer capítulo de esta política, ya que el mercado ha descontado este comportamiento con anterioridad.
No sólo el euro tiembla ante un QE a la europea
Tal y como señala el analista de Citi, la adopción de un programa de compra como el QE en Europa quedaría supeditado al cumplimiento de dos premisas: "Que la inflación se mantenga en niveles tan bajos como los actuales durante mucho tiempo y que el BCE cumpla estrictamente su mandato".
No obstante, aparte del euro, hay otros activos en los que se verían reflejados las consecuencias de la implantación de este tipo de política como las rentabilidades de los bonos soberanos, los mercados financieros e incluso algunas magnitudes macroeconómicas como el PIB, la inflación, el desempleo, etc.
Pese a todo, "el probable impacto sobre algunos de los canales de influencia que tendría un QE será menos positivo de lo que lo fue el caso en los EEUU o Reino Unido", señalan desde HSBC. "Seguimos creyendo que el efecto global debe ser positivo para el crecimiento de la zona euro y puede ayudar a prevenir una nueva caída en las expectativas de inflación, pero para tener un impacto duradero necesita combinarse con otras políticas", afirman desde la misma entidad.
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