
A mercados revueltos... ¡ganancias de las letras a 12 meses! La subasta mensual realizada ayer por el Tesoro Público constató que el incremento de los temores inflacionistas ha sentado de maravilla a estos productos para sumar a su principal seña de identidad, como es la seguridad, otro gancho no menos sugerente: la rentabilidad.
No en vano, llegaron al bolsillo de los ciudadanos con un rendimiento del 4,637%, el interés más alto desde la operación del 4 de diciembre del año 2000, cuando se colocaron en el 4,82%. Además, ese nivel es casi 40 puntos básicos -100 equivalen a un punto- superior al ofrecido en mayo, cuando se situaron en el 4,238 por ciento, el mayor salto intermensual desde la segunda mitad de los 90.
La 'mano' del BCE
El motivo de esta sustancial variación reside en el endurecimiento del mensaje antiinflacionista del Banco Central Europeo (BCE). En la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del pasado 5 de junio, el presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, anunció la posibilidad -que no seguridad- de que los tipos de interés suban en julio del 4 al 4,25 por ciento.
Desde entonces, los mercados han incorporado ese movimiento a sus valoraciones, y el de deuda pública ha figurado entre los más ágiles en su respuesta. Así, desde ese momento el rendimiento de las letras españolas a 12 meses escaló del 4,31 al 4,57%, una evolución que ya presagiaba un pronunciado repunte de la rentabilidad en la subasta de ayer.
El repunte de la rentabilidad de las letras en las subastas constituye una buena noticia para los inversores, que encuentran en estos títulos una alternativa segura de inversión en unos tiempos tan inestables como los actuales. Ayer, de hecho, incluso superaron el cada vez más elevado listón de la inflación, que en mayo subió a una tasa interanual 4,6%.
Por encima del Ibex 35
Por otra parte, sus rendimientos actuales superan la rentabilidad por dividendo de 22 de las 34 compañías que integran ahora el índice Ibex 35. Y aunque haya 12 empresas cuya retribución resulta más interesante, también es cierto que ese hecho se ve alimentado porque los títulos de esa docena de compañías se encuentra en números rojos este año, lo que inmediatamente se traduce en un incremento de su rentabilidad por dividendo.
Al mismo tiempo, las letras salen favorecidas en su cuerpo a cuerpo con respecto a sus hermanos mayores: los bonos. La razón principal radica en que los bonos españoles a 10 años ofrecen un rendimiento del 4,89%, un nivel que no es comparativamente tan alto como para suplir el mayor riesgo que contienen estos títulos, que está vinculado a que son productos con una vida más longeva y que, por tanto, están expuestos a los vaivenes del mercado durante más tiempo.
Además, el incremento del atractivo de las letras puede obligar a las entidades financieras a redoblar sus esfuerzos en la captación de depósitos a un año, lo cual también supone un efecto secundario positivo vinculado a la mayor rentabilidad de los títulos emitidos por el Tesoro Público.