
Si los dividendos le convencen, pero le asusta el riesgo de que la renta variable caiga, las letras del Tesoro todavía ofrecen atractivo para diversificar su cartera. En cambio, la deuda pública a más largo plazo aún puede estar sometida a fuertes sobresaltos este ejercicio.
El recién estrenado 2008 no se lo ha pensado mucho a la hora de mostrar todas las incertidumbres que se presumían. Ha mostrado todos los riesgos desde el primer momento. Desde el temor a que Estados Unidos entre en recesión, una sensación que ha crecido esta semana por los débiles datos económicos publicados al otro lado del Atlántico, hasta la dificultad con la que se pueden topar los bancos centrales a la hora de bajar los tipos de interés, ya que la embestida del petróleo y otros factores está alimentando el fantasma de la inflación.
Todo ello, por supuesto, complica sobremanera las estrategias de inversión. Y esta vez ni siquiera la bolsa, que acumula cinco años consecutivos al alza, se libra de las dudas. Por eso, muchos inversores pueden considerar que, aunque los dividendos valgan la pena, el riesgo de que las acciones caigan puede eclipsar el atractivo de las retribuciones que repartan las compañías.
Cuanto antes, tal vez mejor
Ante este tumultuoso entorno, no serán pocos los que volverán sus ojos hacia la renta fija, siempre con el propósito de buscar activos más seguros con los que parapetar sus carteras. Y, por el momento, el panorama que se encontrarán no diferirá mucho del observado en el último año, ya que los expertos continúan recomendando los títulos a corto plazo. "Seguimos apostando por vencimientos cortos", apuntan los expertos de Banif.
En España, y dentro de la gama de productos que combinen seguridad y vida reducida, destacan las letras del Tesoro. La cuestión es si constituyen, además, una alternativa rentable. Y por ahora lo siguen siendo.
En la última subasta, que tuvo lugar el 19 de diciembre, las letras a 12 meses se colocaron a un interés del 4,1%, un premio del que a lo mejor no se aleja demasiado la siguiente emisión. Ésta se celebrará el 16 de enero, y teniendo en cuenta que en el mercado la rentabilidad de los títulos españoles a un año está en el 4,04%, el rendimiento que puede resultar de la primera subasta de 2008 rondará el 4%. O lo que es lo mismo, un interés que tiene un punto a favor y otro en contra.
Así, le beneficia que sólo 18 de las casi 125 empresas del Índice General de la Bolsa de Madrid ofrecerán una rentabilidad por dividendo superior a esa cifra en 2008; y, en cambio, le perjudica la inflación, que, según el dato provisional, repuntó hasta el 4,3% en diciembre. Eso sí, incluso teniendo en cuenta este hecho, habría que considerar otro aspecto:en un entorno tan inestable como el actual, asegurarse una rentabilidad del 4% representa una interesante alternativa para diversificar y dar solidez a las carteras.
Puede haber más oportunidades
En caso de que quiera acudir a la subasta del día 16, podrá hacerlo por tres cauces: a través deInternet, en la página del Tesoro Público, en cuyo caso podrá cursar sus peticiones hasta el 9 de enero; acudiendo a su entidad financiera, un mecanismo que le permitirá apurar hasta el 11 de enero; y personándose en cualquier delegación del Banco de España, opción con la que tendrá tiempo hasta el día 14 para hacer llegar su demanda de letras.
¿Y fuera de las letras? Cuanto más se alargue en el tiempo el punto de mira, más se complican las cosas. De hecho, los analistas aún miran con desconfianza los títulos a más de 2 años, que pueden seguir estando sometidos a fuertes sobresaltos.
Pero también mencionan oportunidades. En el río revuelto que suponen ahora los mercados y la economía mundial, las ganancias para los pescadores de bonos pueden ser importantes. "Es un panorama positivo para los bonos del Estado, especialmente para los títulos a corto plazo. Históricamente, las crisis financieras siempre coinciden con fuertes recortes de los tipos por parte de los bancos centrales y un fuerte aumento de la demanda de bonos a corto plazo", afirma Bob Michels, máximo responsable de renta fija de la gestora Schroders.
Por tanto, las malas noticias pueden ser buenas para los bonos. Esta posibilidad puede cobrar cuerpo, sobre todo, en la zona euro, donde los rendimientos son más atractivos que en EEUU y aún superan el 4%. "El BCE continúa afirmando que no tiene previsto recortar los tipos de interés, dada su preocupación por la presión inflacionista. Pero descubrirá que su única opción es reducirlos", advierte Michels.