
El presidente del BCE, Mario Draghi, volvió a encender ayer los mercados, tiñendo de verde las plazas europeas e impulsando al Ibex 35 prácticamente un 2 por ciento, hasta cotas cercanas a su máximo anual. Y es que las bolsas reaccionan cuando se producen anuncios de QE (quantitative easing), programas cuyo efecto positivo en el mercado se deja notar durante todo el periodo en que se desarrollan. Prueba de ello es la evolución del S&P 500 en los últimos años, en los que la Reserva Federal ha puesto en marcha sucesivos planes de estímulos.
El primero de ellos, el que Ben Bernanke inició en noviembre de 2008, que se prolongó hasta marzo de 2010. En ese periodo, el citado índice experimentó un alza del 22,6 por ciento.
El segundo programa -QE2-, que se desarrolló entre noviembre de 2010 y junio de 2011, dio otro empujón del 13,6 por ciento al selectivo.
Y en septiembre de 2012 comenzó el QE3, aún en marcha -aunque ya estamos en la fase de tapering o reducción del ritmo de compras-, que ha visto cómo el S&P tocaba máximos históricos y se revaloriza más de un 42 por ciento en estos dos años.
Así, la subida media experimentada por el indicador en los tres periodos es del 26 por ciento.
Tras el anuncio de ayer, ¿cabe esperar subidas similares en las bolsas europeas? José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, explica que el efecto es "indudablemente, muy positivo; la compra de deuda siempre lo es para las bolsas, porque hay un nuevo demandante de liquidez, el BCE, que va a solicitar papel, y ello va a acentuar la psicosis de falta de papel entre los inversores financieros, que probablemente dirigirán su mirada hacia la bolsa europea, que está por valoración más ajustada que la americana".
Sin embargo, el experto no ve claro que las alzas de Estados Unidos se trasladen al Viejo Continente: "No podemos olvidar que parte del efecto del QE estadounidense ya se ha hecho notar en Europa", comenta Martínez Campuzano.
Un impulso no garantizado
Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, también se muestra prudente al comentar que "la medida ha impulsado las bolsas de manera inminente, pero eso no garantiza que lo siga haciendo". El experto pone de relieve las diferencias entre ambos mercados: "La política monetaria en EEUU sí ha tenido efecto en el país, algo que todavía debe confirmarse en el caso de la zona euro. El contexto en que se impulsaron los QE no es el mismo. Por ejemplo, la tasa de desempleo en EEUU nunca llegó a ser tan elevada como la que de la eurozona".
Además, apunta el experto, en EEUU las políticas económicas sí pueden ir al unísono, algo imposible en Europa, "ya que la política monetaria se gestiona desde el BCE, mientras que la fiscal la lleva a cabo cada país".