La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, y los miembros del Comité de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) arrancan hoy una reunión de dos días que podría culminar con un recorte de 10.000 millones de dólares en su programa de compra de bonos y activos, mientras los tipos de interés permanecen intactos entre el 0 y el 0,25 por ciento.
Richard Fisher, presidente de la Fed de Dallas, publicó ayer un artículo en The Wall Street Journal reiterando que la actual política de la Fed corre el riesgo de provocar una elevada inflación. "Dada la situación del empleo, que mejora rápidamente, la evolución en el frente inflacionario y mi propia experiencia, estoy cada vez más en desacuerdo con algunos de mis colegas de la Reserva Federal", apuntó. Dicho esto, el objetivo de inflación de la Fed es del 2 por ciento. Si tenemos en cuenta su termómetro favorito para medir el sobrecalentamiento de los precios, el índice de precios del gasto de consumo personal subió un 1,8 por ciento en mayo respecto a 2013.
Según explicó Yellen a mediados de este mes en su comparecencia ante el Congreso, la recuperación en la mayor economía del mundo sigue siendo incompleta, señalando "la atonía que sigue imperando en los mercados laborales" y la vivienda que continúa siendo "un motivo de preocupación". Desde su punto de vista, la inflación sigue operando por debajo de la tasa objetivo de la Fed, de ahí que su corazón de paloma siga manteniendo los tipos de interés intactos hasta bien entrado 2015. Las palomas monetarias continúan justificando el dinero barato ante una facción cada vez más vocal de halcones que quieren elevar las tasas de interés antes. El presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, quiere subir las tasas en el primer trimestre de 2015.