A pesar de que el sector constructor ha sido uno de los más castigados en bolsa en los últimos años, poco a poco comienza a notarse cierta mejoría. Y si no que se lo digan a ACS, cuyo precio objetivo se ha visto incrementado un 15,6 desde mediados de agosto, hasta los 25,77 euros.
De hecho, a finales del pasado mes La Caixa situó su valoración en los 33,4 euros, mientras que HSBC ubicó su precio objetivo en los 30 euros.
Aun así, tomando como referencia la valoración media, sus títulos todavía cuentan con potencial alcista a precios actuales de más de un 6% (desde enero avanza en bolsa más de un 26%). Unas acciones que las casas de análisis que siguen a la compañía recomiendan mantener en cartera.
Uno de los grandes lastres que ha arrastrado la constructora ha sido su alto endeudamiento (en 2012 sus compromisos financieros superaron los 6.000 millones de euros y registró pérdidas por valor de 1.600 millones). No obstante, este año el consenso de mercado espera que reduzca su deuda un 27% y que su apalancamiento sea de 1,4 veces (el año pasado su ratio deuda/ebitda rozaba las 2 veces).
La principal tabla de salvación del grupo está siendo la actividad exterior. De hecho, un 84,6% de las ventas en el primer semestre del año provinieron de la actividad de la compañía fuera de España (la cartera de obras a junio de 2013 ascendía a 69.786 millones). En este sentido, según informa la constructora, las inversiones más destacadas entre enero y junio son ?las realizadas en maquinaria para contratos de minería en Australia y las destinadas al desarrollo de proyectos concesionales?.
Además, el lunes se conoció que ACS se encuentra entre los elegidos para hacerse con el mayor contrato de infraestructuras impulsado por el Departamento de Transportes de Nevada (Estados Unidos) y que está valorado en unos 1.000 millones de euros.
Una actividad que según las estimaciones de los analistas darán sus frutos en 2013. Así, se espera que el grupo obtenga un beneficio neto superior a los 700 millones de euros, dejando atrás los números rojos de 2012. Para 2014, los bancos de inversión prevén que incremente esta cifra un 4%.
La mejor situación que atraviesa la empresa está facilitando su salida al mercado en busca de financiación. A principios de octubre completó con éxito una emisión de bonos por un importe nominal de 720 millones de euros, canjeable en 125 millones de acciones de Iberdrola (de este modo, el grupo tiene la posibilidad de vender una parte significativa de la participación que mantiene en la eléctrica). La colocación contó con una sobresuscripción de aproximadamente 5 veces el importe emitido.