Los descensos predominaron ayer a uno y otro lado del Atlántico en una sesión en la que los inversores ya descontaban el resultado de la reunión de la Fed, que no aportó ninguna sorpresa. Ben Bernanke confirmó ayer que la ronda de estímulos monetarios se mantendrá en marcha por ahora, apelando a la recuperación económica como principal objetivo.
Así, la tercera edición del conocido como Quantitative Easing (QE, por sus siglas en inglés), va a continuar vigentes en la economía estadounidense hasta que se encuentren "más evidencias sobre un progreso sostenido".
Tal y como se puede ver en la publicación del Libro Beige de la Fed, el propio organismo ha observado recientemente una desaceleración en el crecimiento de EEUU, algo que ha llevado a mantener vigentes las ayudas a la economía yankee. Así lo aseveran la mayoría de miembros del comité a excepción de Esther George, presidenta de la Fed de Kansas City, quien se opuso a mantener intacta la hoja de ruta.
Ante esta cantada decisión, los selectivos de renta variable se mantuvieron impasibles. Todos los índices estadounidenses registraron ligeras pérdidas en una sesión en la que el Nasdaq Composite fue el más perjudicado al ceder cerca de un 0,5%.
En la renta variable europea, los osos se fueron haciendo con el control del mercado a medida que avanzó el día, dejando finalmente pérdidas en casi todas las plazas del Viejo Continente, salvo en Portugal y Reino Unido.
Unas pérdidas que, según explica Joan Cabrero, analista de Ecotrader, sirven para poner de manifiesto la posibilidad de que continúe la fase consolidativa que tuvo su inicio la semana pasada. "La vuelta que hemos visto plantea la posibilidad de que se asista a un proceso lateral más amplio y complejo", señala el experto.
El que apenas sintió la decisión de la Fed fue el dólar. En su cruce con el euro la divisa estadounidense logró ligeras ganancias que rondaron el 0,05% dejando así el cambio entre ambas en los 1,3738 enteros.