
La evidencia reciente de la manipulación de los índices de referencia como el euribor, en el caso de la Eurozona, o el líbor, en el mercado anglosajón, así como la caída de la actividad hacen necesario llevar a cabo las reformas necesarias en la gobernanza y metodología de estos instrumentos de referencia para restaurar su credibilidad y fiabilidad, según afirma el Banco Central Europeo (BCE) en la última edición de su boletín mensual.
"Las acusaciones de manipulación de los tipos de interés de referencia, como el tibor, el libor y el euribor, que se han formulado desde 2012 han desencadenado un amplio debate sobre la idoneidad del proceso utilizado para fijar los tipos de interés de referencia", reconoce el BCE.
Asimismo, la entidad presidida por Mario Draghi añade al debate la cuestión "fundamental" de si los tipos de interés empleados en la actualidad "siguen siendo representativos", teniendo en cuenta la actual caída de volúmenes negociados en los mercados subyacentes y el mayor grado de concentración.
Las recomendaciones del BCE son muy similares a la propuesta que hizo recientemente la Comisión Europea, que pidió que la elaboración de estos índices fuera más regulada y supervisada ante el escándalo que estalló el verano de 2012.
"El BCE considera que existe un margen sustancial para seguir reformando los tipos de referencia", sostiene la institución, que subraya que cualquier reforma que se emprenda debería distinguir entre medidas a corto plazo de mejora de la gobernanza, destinadas a mejorar la confianza, y otras a largo plazo con el fin de que los tipos sean más representativos.
Un índice más basado en la realidad
En opinión del BCE, las reformas de la gobernanza son necesarias a corto plazo y deben complementarse con otras iniciativas encaminadas a incrementar la fiabilidad de los indicadores, su representatividad y fortaleza a medio plazo.
"Por consiguiente, el BCE respalda firmemente las iniciativas del mercado dirigidas a identificar tipos de referencia más basados en operaciones, que constituirían una alternativa viable para complementar o sustituir al euribor", indica.
También en este punto el banco central propone algo muy similar a Bruselas. El ejecutivo comunitario quiere que se utilicen un número suficiente de datos exactos para calcular estos índices, de forma que reflejen el mercado real o la realidad económica que deben medir. Siempre que sea posible, deberían usarse datos de transacciones, aunque la norma permite recurrir a estimaciones cuando estos no están disponibles.
En este sentido, la entidad recuerda que al diseñar un nuevo tipo de interés de referencia deberían tenerse en cuenta los principios propuestos por los supervisores financieros IOSCO y ESMA-EBA y ser representativos del mercado que pretenden medir y minimizar el margen para su manipulación, aunque su éxito dependerá del grado de aceptación de los usuarios.
No obstante, el instituto emisor defiende la importancia de que, sin perjuicio del papel que deben desempeañar las autoridades públicas en el proceso de regulación, "la selección de los tipos de referencia que reflejen las necesidades de los usuarios finales es, en última instancia, responsabilidad de los propios usuarios".