
Atrás quedó ya la preocupación del FMI sobre los niveles de deuda pública de la economía española porque, en su opinión, su solución está en marcha. El último informe de la institución pone de manifiesto que su temor se centra ahora en los abultados compromisos financieros que aglutinan en España las empresas privadas, que suponen 5,5 veces el beneficio bruto de explotación (EBITDA) que logran.
Sin embargo, la clase alta de este colectivo, las grandes compañías, se salen de esta fotografía, ya que este mismo año reducirán su endeudamiento al nivel más bajo desde 2005 (el año previo al boom de las operaciones corporativas que disparó el apalancamiento del Ibex 35 solo un año más tarde, en 2006).
En concreto, los expertos prevén que los integrantes del principal selectivo español cierren el año con una deuda total de 186.568 millones de euros (sin incluir al sector bancario), lo que supone 2,61 veces su ebitda para el mismo periodo -en 2012 se situó en el 2,84%-; lejos del máximo alcanzado en 2009, cuando se ubicó en las 3,5 veces.
2006, el año de las compras
Los esfuerzos de las empresas del Ibex 35 por reducir sus compromisos financieros en los últimos años implicarán que, según las previsiones, terminen el ejercicio con el nivel de deuda más bajo de los últimos ocho años (2005), el año que marcó un punto de inflexión en el balance de muchas cotizadas españolas.
Por entonces, la economía crecía a velocidades de entre el 3 y 4% y la facilidad de acceso a la financiación invitaba a realizar movimientos corporativos y a expandir sus negocios fuera de nuestras fronteras. Tanto, que pasaron de tener un apalancamiento de 1,61 veces en 2005 a 2,84 veces en 2006.
En este salto de deuda, una de las grandes protagonistas fue Telefónica. Su escasa presencia en Europa (solo había desembarcado realmente en Chequia) concluyó ese mismo año con la adquisición de la segunda operadora de telefonía móvil en Reino Unido, O2, por la que llegó a pagar 26.000 millones de euros. Si bien la operación le permitió conquistar mercados como el inglés o el alemán (donde O2 también estaba presente), la contraprestación fue un aumento de la deuda del 74% en solo un año.
Alcanzó los 52.600 millones de euros en 2006 y elevó su nivel de endeudamiento hasta las 2,75 veces frente a las 1,99 veces del año anterior. Ocho años más tarde, las desinversiones de la teleco han permitido que los expertos esperen que su deuda se sitúe en los 48.300 millones este año, lo que supondrá 2,47 veces su EBITDA.
Quién gastó otros 17.140 millones para ganar también notoriedad en Europa fue Iberdrola con la compra de Scottish Power. Una adquisición que permitió a la española aumentar su tamaño un 60 por ciento y situarse como la tercera eléctrica europea (solo por detrás de E.ON y EDF). Sin embargo, esta operación provocó que su apalancamiento pasara de las 3,64 veces en 2005 a las 4,31 en 2006. Pero ojo porque se espera que este año su deuda se reduzca a los niveles de hace ocho años, a 3,68 veces.
SacyrVallehermoso (ahora Sacyr) siguió los mismos pasos. En solo un año, de 2005 a 2006, su relación deuda ebitda alcanzó las 17 veces -aunque llegó a superar las 28 veces en 2009- al aumentar un 123 por ciento sus compromisos financieros, hasta los 18.360 millones de euros. El motivo no fue otro que la adquisición del 20 por ciento de Repsol YPF, que le convirtió en uno de sus principales accionistas; junto al lanzamiento de una opa sobre Europistas. Desde entonces, sus niveles de deuda se han ido reduciendo progresivamente, pero eso no ha impedido que siga siendo la compañía más apalancada de todo el Ibex 35 (se espera que su deuda suponga 16 veces su ebitda en 2013).
Aunque para aumento de apalancamiento significativo en aquella época, el de Acciona. Su ratio deuda-EBITDA pasó de las 1,23 veces en 2005 a 9,51 veces en 2006, después de que se hiciera con el 10 por ciento de Endesa. No fue hasta 2009 cuando su deuda empezó a reducirse y se espera que cierre el año en las 5,79 veces.