
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) celebra su reunión mensual de octubre para decidir su política monetaria en un contexto de calma desconocido en los últimos meses. La economía de la eurozona ha conseguido salir de la recesión, la tasa de paro se ha reducido por primera vez desde febrero de 2011 y los mercados siguen anticipando la recuperación del Viejo Continente.
Hasta el euro se vuelve a acercar a los máximos anuales frente al dólar, como si fuese quien marca el camino de la recuperación.
En esta ocasión la institución presidida por Mario Draghi llega a su reunión mensual sin presiones del mercado, lo que deja el camino libre para mantener su política monetaria sin cambios. Todos los analistas encuestados por Bloomberg creen que mantendrá los tipos de interés en el mínimo del 0,5% y la facilidad de depósito (mecanismo que permite a los bancos europeos depositar su exceso de liquidez ) en el 0%.
Sin embargo, la recuperación de la economía del área del euro es todavía muy débil y está sujeta a múltiples riesgos, por lo que los analistas creen que Draghi "mantendrá un mensaje muy expansivo", advierten desde Cortal Consors. El BCE podría volver a "jugar con las expectativas de los mercados sin necesidad de tomar medidas concretas", explica Soledad Pellón, analista de IG, por lo que, "al no tomar medidas concretas sigue teniendo margen de maniobra para el futuro". También es posible que envíe un mensaje de prudencia ante la velocidad que ha tomado el mercado en las últimas sesiones.
El discurso expansivo de Draghi se ha dirigido hacia la posibilidad de que la institución vuelva a realizar una inyección de liquidez a la banca. "No esperamos novedades sobre una nueva ronda de préstamos al sector financiero, pero sí podríamos ver algún tipo de inyección adicional hacia el final de año", indica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.