
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, no dejó a nadie indiferente en su discurso de ayer en la bolsa de Nueva York. Pero sin duda la mayor polémica vino cuando comparó el resurgir de Japón con el de Gordon Gekko, el famoso personaje, amén de inversor y criminal, al que dio vida el actor Michael Douglas en la película Wall Street y en su secuela.
"Hoy he venido a deciros que Japón volverá a ser de nuevo un país donde se puede hacer dinero, y al igual que Gordon Gekko regresó al mundo financiero... ahora también podemos decir Japón ha vuelto", afirmó Abe, que fue el encargado de tocar la campana que indica el cierre de la sesión bursátil.
En la película, dirigida en 1987 por Oliver Stone, Gekko es un tiburón de las finanzas, especialista en comprar y desguazar empresas, que finalmente acaba en prisión por información privilegiada y otros delitos. Gekko se ha convertido en un símbolo de los excesos de Wall Street en los años 80, incluida su mítica frase "la codicia es buena"
En la secuela, Wall Street 2: el dinero nuncia duerme, Gekko vuelve a aparecer, aunque esta vez tras su salida de prisión encuentra la redención al ayudar al novio de su hija, un joven broker.
Precisamente, esta historia de redención es a la que se agarra el Gobierno japonés para defender la intervención de Shinzo Abe. "Lo que el primer ministro quería decir sobre todo es que Japón ha vuelto. Y en la secuela, Gordon Gekko se redime, ¿no es verdad?", aseguró el portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, a los periodistas.
Pero no fue esa la única referencia al film que hizo Abe. También hizo notar que hace 25 años la película mostraba a Japón como un gran fuerza económica, mientras que en la secuela lo que aparecen son inversores chinos, lo que refleja la decadencia del país en las dos últimos décadas. "Japón solo es visible por su ausencia", aseguró el primer ministro.
Shinzo Abe ha ganado popularidad en los últimos meses desde que lanzara su agresiva política económica, denominada Abenomics, con inyecciones masivas del banco central, políticas de gasto público y reformas estructurales para intentar sacar a Japón de la espiral deflacionaria y el estancamiento de los últimos 20 años.
Abe, en su discurso en la Bolsa de Nueva York, también hizo referencia a sus políticas. "La economía japonesa que ahora nos rodea es excepcionalmente buena", dijo antes de pedir a los traders "compren mi Abenomics".