
La bolsa de Nueva York sigue con las pérdidas como protagonistas. El Dow Jones de industriales, su principal indicador, ha caído un 0,43%, hasta los 15.334,59 tras perder 66,79 puntos y el selectivo S&P 500 ha bajado un 0,26%, en los 1.697,42. Ambos índices suman su cuarta jornada consecutiva de pérdidas. Por su parte, el compuesto tecnológico Nasdaq ha subido un 0,08%, en los 3.768,25
El parqué neoyorquino, que hacia la media sesión había conseguido entrar en terreno positivo animado por el cierre alcista de las bolsas europeas, recuperó las pérdidas del arranque de la jornada en las últimas horas de las contrataciones presionado por unos datos poco alentadores sobre la economía estadounidense.
Si por un lado el precio de la vivienda en este país se ralentizó entre junio y julio, según el índice Case-Shiller de Standard & Poor's, la confianza de los consumidores bajó más de lo previsto este mes, según The Conference Board.
Más de dos tercios de los componentes del Dow Jones acabaron a la baja, liderados por el banco JPMorgan Chase (-2,22%), la operadora Verizon, la emisora de tarjetas de crédito Visa (-1,48% en ambos casos) y el banco de inversión Goldman Sachs (-1,38%), mientras que las ganancias las capitaneó la aeronáutica Boeing (1,27%).
Fuera de ese índice destacó la red social Facebook, que subió un sólido 2,67% después de que los analistas de Citigroup elevasen la recomendación que le merecen sus acciones.
También sobresalió la automovilística General Motors, que avanzó el 0,83% un día después de anunciar que comprará acciones propias por valor de 3.200 millones de dólares y de conocerse que su competidora Chrysler ha iniciado los trámites para salir a bolsa.
Por lo contrario, la canadiense BlackBerry cayó el 3,29% tras anunciar la víspera que alcanzó un acuerdo preliminar con su accionista Fairfax Financial Holdings para dejar de cotizar en bolsa por 4.700 millones de dólares.
En otros mercados, el petróleo de Texas bajó a 103,13 dólares por barril, el oro descendió hasta 1.316,3 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda estadounidense a diez años bajaba al 2,657% y el dólar ganaba terreno frente al euro (que se cambiaba por 1,3475 dólares).