Los porteros son los únicos que se ponen el número uno sobre las espaldas aunque por contra viven encerrados bajo tres palos y nunca se les recuerda por haber marcado el gol de la victoria -a Palop sí-. En las empresas la figura del delantero triunfante ante su público se la apuntan presidentes y consejeros delegados al anunciar en las juntas generales a sus accionistas las mejoras de beneficio y, por tanto, de los dividendos. Pero el papel del guardameta que cubre la retaguardia se lo llevan los directores financieros cuando logran recortar los costes.
Precisamente son sus intervenciones las que ahora están reluciendo como consecuencia de la rebaja de la prima de riesgo y la bajada del precio del dinero. Repsol (REP.MC)logró el lunes un récord de financiación barata al emitir deuda a siete años al 2,71% mientras que Telefónica utilizó el plazo de seis años para establecer su particular récord al 2,73, que fue destrozado el jueves por el plusmarquista REE -con una de las mejores calificaciones crediticias en España (2,46)-. Lo llamativo es que Repsol se ha impuesto moralmente a Telefónica porque no es que se financie más barato a un plazo de un año más largo es que lo hace con un rating inferior al de la operadora. Los guardametas de Repsol son como los del Barcelona, que han logrado más imbatibilidades a lo largo de la Liga que los del Real Madrid. Curiosamente, al cancerbero menos goleado se le reconoce con el trofeo Zamora, portero por el que los blancos pagaron 6.000 pesetas al Espanyol en 1930. El Real Madrid, el equipo con más ligas (32), tiene 16 'zamoras' frente a los 19 de Barça (cinco de Ramallets y otros cinco de Valdés).
Don Ricardo, el Divino; il Miracoloso en el Mundial del 34, también con Lángara y Gorostiza, pudo haber ganado la Copa del Mundo de no haber caído la selección de la España republicana en el partido de desempate de cuartos frente a la Italia de Mussolini con gol de Giuseppe Meazza y cinco bajas en La Roja. Zamora, de quien se llegó a decir que solo hay dos porteros, San Pedro en el Cielo y él en el campo, había jugado en el Barcelona. Gamper también se lo había arrebatado al Espanyol para jugar tres años con Samitier. En la primera liga de 1928-29 fue el portero menos goleado con el Espanyol y no volvió a serlo hasta jugar con el Madrid (sin el Real) con Ciriaco, Errasti y Quincoces de defensas.